Opinión
Violencia institucional

Archivo - Bandera de las Naciones Unidas (ONU) / NICOLAS MAETERLINCK / BELGA PRESS / CONTACTOPHOTO
Así la define el diccionario: "Uso arbitrario o ilegítimo de fuerza, que es ejercido por agentes o funcionarios del Estado. Comprende diversas prácticas violentas de índole física, sexual, psíquica o simbólica.
Está reconocida en el marco internacional de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, y apareció por primera vez en la Declaración de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer en 1993, y posteriormente en Convenio de Estambul de 2011, el que parece que está de adorno.
Yo diré más, e iré al grano, la Violencia Institucional en nuestro país, es lo que están viviendo cruelmente muchísimas mujeres, y de manera salvaje sus criaturas. Es lo que les espera, y soportan durante años, tras denunciar el maltrato y los abusos sexuales por parte del padre, aunque les digan que ¨no están solas¨.
Ya puso nombre Sonia Vaccaro a la sombra alargada de la violencia machista, la que ataca sin piedad, y a conciencia, a sus hijas e hijos: la Violencia Vicaria. Ninguna de ellas se sostendría si nuestras leyes fueran contundentes, precisas y sin dejar puntos suspensivos para ninguna interpretación judicial.
Recientemente se ha publicado un riguroso estudio, “Violencia institucional contra las madres. Aplicación del falso síndrome de alienación parental (SAP)”realizado por las
investigadoras de la Universidad Complutense Débora Ávila y Marta Pérez, donde dejan claro que, aunque las estadísticas demuestran que 3 de cada 5 menores van a estar expuestos a sufrir algún tipo de abuso, el ¨ El 86% de las denuncias de abusos sexuales intrafamiliares a menores de ocho años se archiva sin llegar a juicio, y en un 78% de los casos analizados, el padre obtiene la custodia de las y los hijos (exclusiva o compartida) aun cuando el procedimiento penal sigue abierto, o en una situación de archivo provisional (falta de pruebas para enjuiciar )¨, y no es casual que en todos ellos exista, como mínimo, un informe psicológico o forense que contiene componentes del falso síndrome.
Sus señorías, salvo honrosas excepciones, y me consta que las hay, carecen de formación en infancia, en perspectiva de género, por supuesto en conciencia feminista ( la que no se adquiere agudizando memoria, ni por ser el o la más lista de la clase). Creo que les falta vida vivida, sentido de empatía, y, a algunos/as, les sobra prepotencia y corporativismo. Es muy posible que tampoco tengan tiempo, ni voluntad, para entender cada caso con todos los sentidos, salvo para eternizar algunos…
Los mismos profesionales reconocen lo que digo, y aseguran que la justicia es tan injusta como lenta, aunque su infancia sea ahora. Desgraciadamente parece que, en muchos de sus equipos psicosociales, además del mismo mal, tienen, ¨presuntamente¨¨, y en infinidad de ocasiones, la clara y abominable intención de estar de la otra parte.
Para comprenderlo solo hay que seguir las redes sociales de algunos/algunas de ellos, leer sus tesis, artículos académicos, escuchar sus descarados discursos, ver quien se los paga, o analizar sus libros (por llamarlos de alguna manera) defendiendo, sin escrúpulos, las teorías pro pedófilas y misóginas del psiquiatra norteamericano, Richard Gardner.
Este ser, que acabó acuchillándose, creó el falso SAP para defender a los padres pederastas y/o maltratadores en litigios de custodia, para arrancarles de sus madres y encarcelarlas a ellas.
Según su teoría, ¨el problema es el estigma social y la respuesta exagerada de las mujeres ante los abusos¨. También consideraba que son los más pequeños podrían seducir a los adultos e iniciar encuentros sexuales, que la pederastia es un bien para perpetuar la especie, y a que las mujeres nos gustan que nos golpeen…¨. En una de sus últimas entrevistas explica lo que una ¨buena madre¨ debe hacer si su hijo le revela que su padre le agrede sexualmente, entonces tiene que golpearle, y decirle que no hable así de su él nunca más.
Ser conscientes de que en nuestro país quienes parece que siguen sus aberraciones, (lo que se evidencia en la bibliografía de sus trabajos), tengan permiso para tener contacto con menores, y para colmo, decidan sobre sus vidas, me resulta terrorífico.
Tienen nombres y apellidos. Hoy mencionaré a Mari Paz Ruiz Tejedor y José Manuel Muñoz Vicente, y aunque no son los únicos. Analizar sus conferencias es para pedirle perdón a Dios, y al verlas tengo la sensación de que la niña o el niño que caiga en sus periciales, tiene ¨sentencia de muerte¨ (supuestamente).
¿Qué nos está ocurriendo a la humanidad? ¿Cómo es posible que se estén permitiendo los abusos y agresiones sexuales a la infancia con tanta impunidad? ¿Para cuándo la reparación?
¿Cuándo se va a señalar y denunciar a los responsables, y por qué se consiente que sean ellas las perseguidas?
España presume de estar a la vanguardia en Derechos feministas y de infancia, pero cuando la ONU nos ha interpelado en 6 ocasiones en los últimos años, denunciando que ¨Los menores en España están expuestos a la violencia y los abusos sexuales por un sistema judicial que no les protege de los padres abusivos¨, jamás se ha protegido a las víctimas.
No me sorprende que haya despachos de abogados que directamente recomienden a sus clientas no denunciar, o presentar solamente los delitos contra ellas. Todos parecen ignorar que nada es más doloroso para una madre que el daño irreparable que reciben sus hijos en estos casos.
Reem Alsalem, Relatora Especial de Naciones Unidas sobre la violencia contra la mujer y las niñas, en su última visita, nos increpaba alegando que: "La violencia institucional que sufren las mujeres puede llegar a niveles de tortura".
Las estadísticas silenciosas, y pactadas, de los suicidios adolescentes, y otras consecuencias de máxima gravedad, tienen ese denominador común, aunque no interese que se sepa. Y es que manipular y callar a los medios de comunicación forma parte de lo mismo.
Con ciertos aires de libertad nos atrevemos a señalar a la Iglesia por hechos de pederastia cometidos por sus representantes, y no seré yo quien minimice semejante monstruosidad, es incluso posible que, de aquellos lodos vengan estos polvos, pero el encubrimiento con la institución más importante de nuestra sociedad, que es la familia (padres-abuelos-tíos) es lo que diría mi padre, de "juzgado de guardia".
Él que sí fue un padre extraordinario, y ha dejado este mundo creyendo en la justicia, lo que desgraciadamente no nos ocurre ni a su nieta, ni a mí, que soy su hija.
Esto es Violencia Institucional, y ahora que estamos en campaña, sería, por lo menos, medio decente, que en sus programas electorales contemplarán estos hechos. Están robando la vida a los niños y niñas que han pedido auxilio, y criminalizando a sus madres, por mucho que compren con subvenciones a las organizaciones que alardean de defenderles, aunque éstas, en el momento de mayor vulnerabilidad, en vez de protegerles, sean cómplices del sistema, y miren para otro lado.
- Cerrada al baño una importante playa de la Comunidad Valenciana tras detectar chapapote en el agua
- El Ayuntamiento de Alicante obliga a suspender la vaquilla de El Moralet si hay amenaza de fuertes lluvias
- Estos son los dos radares que más multan en Alicante: en el 'top 50' del país
- Las obras de la macrourbanización de La Hoya en Torrevieja avanzan hasta el límite del Parque Natural de Las Lagunas
- Hacienda registra nueve locales en la Comunidad Valenciana por el uso de programas para llevar doble contabilidad
- Los vecinos rechazan la expropiación para reabrir el paso peatonal entre Aguamarina y La Caleta en Orihuela Costa
- Urbanismo alega 'cuestiones técnicas' para aplazar sin fecha la presentación del proyecto del Parque Central de Alicante
- Vamos, no me jodas