2920 días

Fachada del Ayuntamiento de Alicante.

Fachada del Ayuntamiento de Alicante. / Jose Navarro

Natxo Bellido Suay

Natxo Bellido Suay

Son, aproximadamente, los días que habré tenido el honor de ser concejal del Ayuntamiento de Alacant. Algunos, casi una tercera parte, en el gobierno, y el resto desde la oposición. Incluso durante algunas semanas tuve la gratificante responsabilidad de ser el alcalde en funciones de esta ciudad.

Empezaré este artículo por los agradecimientos. A mis compañeras/os de Compromís. Pero también tengo la suerte de haber sentido el respeto de la gente de los otros partidos, de una prensa que en el 99% me ha tratado de manera respetuosa y cordial. Y tengo que estar muy agradecido a las alicantinas y alicantinos. A los que me han votado y a los que no. A los que me han parado por la calle para felicitarme o para denunciar sus problemas. A las personas y colectivos con las que me he reunido, que han sido muchas. La política local tiene mucho de proximidad, de cara a cara, de cercanía y eso es algo que he intentado no descuidar en estos 8 años.

Pero, sobre todo, quiero aprovechar este artículo para decir que tenemos que mejorar. Y lo digo así, en plural. He pensado mucho sobre el penúltimo artículo que dedicó Juan Ramón Gil a Barcala. Y más allá de coincidir, eso es fácil, con sus críticas a los insulsos, estériles y grises años de alcaldía del PP de Barcala, me preocupa más que sea verdad aquello de “El Ayuntamiento de Alicante viene siendo desde hace demasiado tiempo una maldición para la propia ciudad”. Y a pesar de considerar que es hiperbólica la manifestación, sé que la administración municipal hace cada día muchas cosas buenas para la ciudadanía alicantina y le proporciona servicios que mejoran su calidad de vida, también creo dos cosas:

-. La primera que, efectivamente, el Ayuntamiento ha fracasado en su labor de liderar la transformación urbana que vemos en otras ciudades cercanas a la nuestra

-. Y la segunda es que esta ciudad no ha tenido suerte con sus alcaldes. Nos persigue la la maldición de los alcaldes/esa. Por lo menos hasta la fecha. Y Barcala no ha sido la excepción. Empezó con las trampas que siempre han acompañado al PP alicantino y concluye ahora 5 años de un gobierno que no pasará a la historia y que huele a fin de ciclo.

Yo, sinceramente, he trabajado por ser útil. Lo he intentado y me quedo con la satisfacción de haber conseguido proyectos de la magnitud de la EDUSI de las Cigarreras o haber puesto las bases de un proyecto de planificación urbana, entonces llamado Plan de Ciudad, ahora Agenda Urbana 2030 y de realizar el Plan de Inclusión Social que sigue pendiente de implementarse económicamente, abrirlo a la participación de las entidades y ponerlo en marcha como hoja de ruta para reducir desigualdades sociales que siguen ensanchándose de forma dramática.

Pero tengo que reconocer que el fracaso del tripartito hizo que sigan pendientes consolidar los grandes objetivos, imprescindibles para acometer un proyecto de transformación de ciudad, y que obviamente el gobierno del PP de Barcala ha actuado como un negativo paréntesis en el que prácticamente nada se ha avanzado.

1-. Una reorganización profunda de la administración local alicantina, porque más allá de las carencias de personal en algunas áreas municipales o de la coincidencia con cualquier otra administración en la lentitud y farragosidad de sus procedimientos, los problemas del Ayuntamiento de Alacant son más acusados. Se debe reorganizar sus áreas para favorecer una mayor coordinación y mejor planificación de sus concejalías y proyectos que siguen siendo talones de Aquiles que coartan los bajos índices de ejecución inversor presupuestario.

2-. Mejorar la prestación de servicios públicos, empezando por la limpieza y mantenimiento de la ciudad, aumentando el control y fiscalización de las contratas, superando el eterno bloqueo de los servicios sociales y modernizando y simplificando la administración local derribando el muro que supone en estos momentos relacionarse con el Ayuntamiento a ciudadanía, asociaciones y empresas, ganando eficiencia y atendiendo al reto de reducir la brecha digital.

3-. Reconstruir las alianzas ciudadanas mediante el liderazgo político, la recuperación de la participación ciudadana y la relación institucional con la Generalitat Valenciana y las instituciones académicas, cívicas, empresariales y sindicales alicantinas.

4-. Proponer, planificar dialogar y llevar adelante un proyecto de futuro para la ciudad, liderado desde el Ayuntamiento, permeable a las aportaciones cívicas, que atienda al reto de la transformación de la ciudad sobre la base de: r

-. Responder a los retos de la emergencia climática, la lucha contra las desigualdades sociales

-. La mejora de la calidad de vida de la ciudadanía

-. Resolver el encaje territorial en los ejes metropolitano, la relación con Elx y la posición de Alacant en el País Valencià

-. Fortalecer el modelo económico mediante la oportunidad de ser foco de innovación, la generación de áreas empresariales de calidad que acompañen a los tractores económicos del turismo, la construcción y los servicios y el comercio de proximidad.

Estos son los deberes, que con todo mi apoyo y todo mi cariño, les dejo a Rafa, Sara, Maria y el resto del equipo de Compromís y nuestros aliados progresistas con los que espero formar un nuevo gobierno municipal, plural y de izquierdas, a partir del 28 de mayo. Debemos ganar porque la ciudad necesita un cambio. Alacant no merece más años grises del PP de Barcala, aupado por los negacionistas y extremistas de Vox.

Me despido. 2920 días después cierro una etapa y tengo ilusión por abrir una nueva. Creo que salgo del Ayuntamiento con la cabeza bien alta, con alguna espina clavada que dolerá siempre, pero mucho más preparado que hace 2920 días para afrontar nuevos retos políticos que espero poder desarrollar en los próximos años y que siempre tendrán mi estimada Alacant en mis prioridades. Gracias y nos seguimos viendo y compartiendo.