Alicante, ¿una ciudad limpia?

José Antonio Martínez Luis

Se ha publicado estos días en los medios que Alicante ha sido “distinguida” como la segunda ciudad más sucia de España. Responsables del área responden que por el contrario ha sido galardonada con la “Escoba de Platino de la asociación técnica para la gestión de residuos y medio ambiente”, Atregus, con domicilio social en el 12 de C. Costa de Bilbao. Si tenemos la curiosidad de ver en Google Maps ese domicilio vemos que se trata de un callejón sin salida, donde la mayor parte de los inmuebles son oficinas desvencijadas en venta o alquiler, por lo que, posiblemente, se trate de un órgano creado ad hoc para mediante el pago correspondiente te den un premio previamente satisfecho. Si dichos responsables se bajasen del coche oficial para desplazarse a pie de un sitio a otro observarían que la suciedad de las calles tan solo es comparable a los barrios periféricos de las principales capitales de Asia donde la mugre cubre sus vías.

La percepción de buen gobierno en las ciudades se nota principalmente en: la limpieza, la seguridad de sus calles y el transporte. Si uno sale a la calle en la Playa de San Juan, donde vivo, pero ocurre lo mismo en Alicante, puede observar que la suciedad de las aceras ha penetrado de tal forma en ellas que ya es imposible darlas un aspecto decente, la hojarasca permanece en las vías acumulándose de una estación a otra, y si algún perro defeca en el suelo, y no lo recoge su dueño, la boñiga permanecerá en el sitio hasta que el paso del tiempo la haga desaparecer.

Excrementos de perro en un parque infantil en Avenida de Países Escandinavos en Playa de San Juan.

Excrementos de perro en un parque infantil en Avenida de Países Escandinavos en Playa de San Juan. / ALEX DOMINGUEZ

A la policía municipal solamente se la ve en la calle para levantar expedientes a las sillas de las terrazas de bares y restaurantes que se excedan de la marca señalada en 20 cm., jamás los verás multando a los usuarios de patinetes y bicicletas que circulan por las aceras a toda velocidad, o inmovilizando a las motos con escape libre que con su estruendoso sonido contribuyen a una contaminación acústica intolerable.

Respecto al transporte público señalar, aunque con algunas carencias, funciona de forma aceptable, no así en cuanto a la circulación rodada en la que el sufrido conductor ve que detenido en un semáforo y abierto el siguiente, cuando te dan paso observas cómo se cierra el de delante, para avanzar 500 metros, alguna vez en la Playa de San Juan, me han retenido: 5 semáforos, 3 rotondas y el paso de dos líneas de tranvía, de forma que para hacer esos metros he tardado entre 12 y 15 minutos.

No soy quien para dar solución a los problemas citados, tan solo apuntar, que viajo mucho, y he visto la mayoría de las ciudades de España y del mundo mucho más limpias que las de Alicante, y para mayor inri no se ve un solo operario paseando la carretilla, como los hay en gran número en nuestras calles, pero eso sí, esforzándose poco en la limpieza. También sería beneficioso para tranquilidad de los viandantes, y el descanso de los sentidos, controlar a los desaprensivos que circulan a toda velocidad por las aceras poniendo en peligro a los peatones, e inmovilizar a las motos que atruenan a su paso. Y a los controladores del tráfico les pediría que sincronicen los semáforos a una velocidad moderada para no tener que parar y esperar de uno a otro, solo encuentro dos explicación a lo que ocurre, una, que estén compinchados con las petroleras, otra, que quieran que los automovilistas dejemos el coche y vayamos andando a todas partes.

En un país con una democracia avanzada, que no vote en función de fobias o filias, los ciudadanos otorgan su confianza a los gestores en función de su capacidad y buen hacer, no basándose en creer las promesas incumplidas anteriormente hechas y que ahora sí van a cumplir en la próxima legislatura, o en compromisos electorales que nos digan que habrá maná para todos. Yo, en estas elecciones, me pido un piso en Torrevieja.