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Alarma en el sistema bancario de EEUU

Oficinas del Silicon Valley Bank (SVB) en Santa Clara, California, (EEUU).

Oficinas del Silicon Valley Bank (SVB) en Santa Clara, California, (EEUU). / EFE

Joaquín Rábago

Joaquín Rábago

La reciente quiebra de varios bancos estadounidenses debida a su excesiva exposición al sector de las tecnológicas o a las llamadas criptomonedas ha hecho sonar todas las alarmas tanto en aquel país como en el resto del mundo.

Los colapsos sobre todo del Silicon Valley Bank, ligado al primer sector, y del Signature Bank, que hacía negocio con empresas de criptomonedas, han recordado a muchos la quiebra de Lehman Brothers en la anterior crisis financiera de 2008.

Según informaba recientemente el diario USA Today, cerca de 190 bancos podrían quebrar en aquel país si sus clientes no asegurados decidiesen retirar de pronto al menos la mitad de los ahorros que tienen en ellos depositados.

La preocupación por el estado de salud de muchos bancos regionales ha hecho, entre otras cosas, que la Reserva Federal de EEUU decidiese acelerar la puesta en práctica de un nuevo sistema de pagos en tiempo real.

Se trata del llamado FedNow, que entrará próximamente en servicio, y permitirá a empresas e individuos enviar o recibir dinero electrónicamente y además de manera inmediata.

La Reserva Federal se ha apresurado a explicar que en ningún caso ese sistema pretende sustituir al sistema de pagos de los bancos comerciales y sobre todo que no reemplazará al dinero en efectivo, aclaración que no ha tranquilizado, sin embargo, a todos.

En los museos y parques nacionales de EEUU, al igual que ocurre en muchos comercios de ese país, es ya imposible pagar en efectivo sino que hay que hacerlo siempre con tarjeta de crédito.

En algunos portales de internet se ha expresado así el temor de que EEUU decida un día eliminar el papel moneda para mejor controlar a los ciudadanos, algo que, si bien se mira, no parece de ninguna manera disparatado.

Ocurre ya en China, y algunos personajes tan influyentes como el presidente del Foro Económico Mundial, el alemán Klaus Schwab, se han deshecho últimamente en elogios de ese sistema, que podría, según él, servir de modelo a muchos países.

Gracias al yuan digital, las autoridades chinas pueden efectivamente controlar a sus ciudadanos y premiarlos o castigarlos, según corresponda, por su comportamiento laboral o social.

El dinero digital tiene además la virtud, desde el punto de vista de las autoridades del país que sea, de que es programable: es decir, se le puede poner una fecha de expiración, a partir de la cual vale cada vez menos o no vale nada, lo que obligaría a gastarlo en un determinado plazo.

De esa forma, el Banco Central de China o de cualquier otro país que adopte tal sistema puede aumentar la circulación del dinero y fomentar el consumo. ¿No es ése el sueño de cualquier capitalista?

Sea como fuere, el hecho es que la nueva crisis bancaria que algunos ya pronostican en Estados Unidos, está haciendo que el oro alcance nuevos récords en el mercado de metales preciosos.

Los bancos centrales de todo el mundo han acelerado las compras de ese metal, entre otras cosas debido a la búsqueda por muchos países de alternativas al dólar para ser menos vulnerables a las eventuales sanciones económicas de EEUU.

Una superpotencia cuya deuda nacional alcanza ya la astronómica suma de más de 31 billones de dólares. ¡Es como para estar preocupados! 

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