Endgame: hacia una generación libre de humo, tabaco y nicotina

Imagen de una colilla.

Imagen de una colilla.

Joan Antoni Ribera i Osca

¿Es posible que a partir de una determinada fecha estuviese prohibido vender tabaco, y por lo tanto fumar, a una determinada franja de población?

La respuesta es que si, y aunque parezca una declaración de intenciones para el futuro, ya se está aplicando en un país.

El 13 de diciembre del año pasado, el parlamento neozelandés aprobó que los nacidos después del 1 de enero de 2009 en Nueva Zelanda, no podrán comprar tabaco en el país, más aún, aunque esto nos puede parecer una novedad, no es así, Bután un pequeño país budista de 735.000 habitantes situado entre China e India, decidió desde el 17 de diciembre de año 2005 prohibir totalmente la venta de tabaco.

Actualmente en España se producen al año más de 60.000 muertes atribuidas al consumo de tabaco y nicotina.

España ha firmado y ratificado el Convenio Marco de la OMS para el control del tabaco (CMCT). Por ello está comprometida a actuar de forma contundente para cumplir con el objetivo de este: proteger a las generaciones presentes y futuras frente a las devastadoras consecuencias sanitarias, sociales, ambientales y económicas del consumo de tabaco y la exposición al humo de tabaco.

Con las leyes de 2005 y 2010, la prevención del tabaquismo en España tuvo un gran impulso, que 15 años después y sin ninguna otra medida de calado tomada desde entonces, ha ido perdiendo impulso, cosa que no ha pasado en otros países de nuestro entorno. El número de fumadores sigue siendo elevado, y especialmente preocupante entre la población joven y adolescente. A los 18 años, la prevalencia de consumo de tabaco en los últimos 30 días es del 40,9% en las chicas y del 32,2% en los chicos.

Frente a esta situación han surgido iniciativas muy interesantes como la de Nueva Zelanda, que se ha fijado el objetivo de que los nacidos después del 1 de enero de 2009 no puedan comprar tabaco legalmente nunca.

No solo se trata de pedir la ampliación de los espacios sin humo de tabaco o aerosoles/vapores y la protección de la salud de la población, sino que hay que plantearse un cambio de paradigma para empezar a erradicar el consumo de una droga de forma legal y accesible, es decir, que se acabe con el juego de las tabaqueras con la salud de la población es el ENDGAME.

Con esta finalidad se ha realizado la declaración ENDGAME del Tabaco en España 2030, firmada por múltiples sociedades científicas, por la que se insta al Gobierno de España a establecer los cimientos de la primera generación sin humo, tabaco y nicotina, y llegar al final de la epidemia tabáquica en el año 2030, para como muchos países europeos, salvar de esta forma decenas de miles de vidas.

Para ello habría que alcanzar una prevalencia (número de fumadores) de consumo de tabaco del 5% o inferior en 2030 y conseguir reducir la prevalencia de consumo de tabaco del 2% o inferior para 2040.

Este objetivo se traduce en una serie de medidas que el gobierno debe ir implementado ya como:

1. La consolidación de los espacios sin humo de tabaco ni aerosoles/vapores (Artículo 8 CMCT): una hostelería 100 % sin humos tanto en espacios interiores como exteriores (incluidas las terrazas), los espacios deportivos, campus universitarios, los perímetros de seguridad de al menos 10 metros en los accesos a centros educativos y hospitales, accesos a centros comerciales, paradas de autobuses, andenes de medios de transportes, playas y otros espacios naturales, piscinas, colas y situaciones donde se produzcan agrupaciones de personas, etc., por motivos educativos, medioambientales y con amplio apoyo social.

2. Declarar todos los medios de transporte, públicos o privados, libres de humo de tabaco.

3. Establecer una protección legal a todas aquellas personas afectadas por el humo de tabaco en sus domicilios.

4.La equiparación legal de los dispositivos susceptibles de liberación de nicotina, los productos a base de hierbas para fumar, los productos de tabaco por calentamiento (PTC) y otros productos novedosos para el consumo de tabaco, con los productos tradicionales del tabaco en términos fiscales (equiparación al alza de los impuestos) y legislativos (idénticas restricciones al consumo, a la comercialización y a las limitaciones a la publicidad, promoción y patrocinio), haciendo mención explícita a dispositivos como las pipas de agua o cachimbas.

6. La subida de los impuestos del tabaco.

7.Destinar un 2 % de los impuestos especiales del tabaco a prevención y control del tabaquismo.

8.Empaquetado genérico, sin marcas ni colores en la cajetilla.

9.Ampliar la financiación y el acceso a los tratamientos para dejar de fumar.

10. Reforzar la prohibición de la venta a menores y nuevas formas de consumo, y abordar la publicidad encubierta a través de influencers en las redes sociales.

Es por ello que es imprescindible la elaboración de un nuevo Plan Integral de Prevención y Control del Tabaco que se sustente económicamente mediante un Fondo de Lucha contra el Tabaco procedente, de forma finalista, de los impuestos y de los gravámenes establecidos a la industria de tabaco en aplicación de un criterio similar al establecido por Francia desde 2016 y que ha servido para reducir de forma altamente coste- efectiva sus tasas de consumo.

A finales de abril de este año se ha celebrado en Madrid la 9ª conferencia europea sobre tabaco o salud con el lema “Para lograr en 2040 una generación libre de tabaco”, otros países ya están en ello y si queremos conseguir este objetivo debemos empezar ya a tomar medidas.

¿Seremos capaces de estar a la altura y dejar a las nuevas generaciones un futuro más sano, y un planeta más limpio y seguro?

En nuestras manos esta, nunca mejor dicho.