Universidad por dentro y por fuera

Panorámica de la Universidad de Alicante.

Panorámica de la Universidad de Alicante. / Alex Dominguez

Ezequiel Moltó

He tenido la suerte de conocer la Universidad de Alicante desde dos perspectivas distintas y complementarias. Por dentro, como alumno y por fuera, como periodista. Desde los 18 años compaginé estudios y trabajo. Aprendí en estas aulas muchas cosas de los profesores y de los compañeros de clase tanto de Sociología como de Humanidades, a los que estaré eternamente agradecido. Luego me sumergí en el trabajo de defender una tesis doctoral en Sociología de la Cultura, sobre la incorporación de la mujer a la pintura en Cataluña, que fue un parto largo de 11 años. A todos los que me estimularon y despertaron en mí el interés por aprender y entender este mundo que nos rodea: muchas gracias.

Pero al mismo tiempo durante 25 años, primero como redactor de informativos en Radio Alicante Cadena SER y luego como periodista de EL PAIS, cubrí la información que generaba este campus: la construcción de los nuevos aularios, el MUA o el nuevo rectorado, la concesión de nuevas titulaciones, el debate sobre la financiación de las universidades, que por cierto todavía está pendiente por resolver, las sucesivas elecciones a rector, el proyecto de parque científico o la segregación traumática de la Facultad de Medicina, para dotar de contenido a la nueva Universidad Miguel Hernández. El pulso que mantuvo el entonces rector, Andrés Pedreño, en su defensa de la autonomía universitaria, con el gobierno de la Generalitat Valenciana presidido por Eduardo Zaplana acaparó la atención de todos los medios de comunicación. El boicot al proyecto de Parque Científico Medpark y la tensa inauguración del curso académico en octubre de 1996. cuando el rector Pedreño no cedió la presidencia del acto a Zaplana convirtió a la Universidad de Alicante en un referente de la autonomía universitaria.

Aquel día el presidente de la Generalitat, al que no le dejaron presidir, abandonó el Paraninfo arropado por decenas de cargos políticos que se fueron en tromba, mientras el auditorio en pie aplaudió el coraje del rector. Pedreño, dimitió cuatro años más tarde, aquel día me concedió una entrevista en su casa en la que reflexionó mucho sobre lo que había pasado y la injerencia de la política en la Universidad, pero me quedo con una frase que me dijo: “estoy obligado a morir de coherencia”.

Fueron años intensos, apasionantes, de proyectos y nuevos retos y miradas universitarias. Tuve la suerte de entrevistar y conocer a decenas de investigadores y científicos relevantes que visitaron este campus, entre otros, recuerdo con especial cariño al poeta Mario Benedetti, al sociólogo Johan Galtung, a los economistas Enrique Fuentes Quintana o Emilio Ontiveros, a la filósofa Victoria Camps, incluso a Alaska o el rey de las viñetas del humor, Forges, entre otros muchos.

También entrevisté en varias ocasiones a todos los rectores que ha tenido la Universidad de Alicante, con perfiles muy distintos, unos más expansivos y volcados con la sociedad y el momento que les tocó vivir y otros más centrados en la gestión interna y en poner en orden en la casa. Pero cada uno de ellos tuvo su impronta y su legado, y de ellos aprendí muchísimas cosas. Gracias a Antonio Gil Olcina, Ramón Martín Mateo, Andrés Pedreño, Salvador Ordóñez, Ignacio Jiménez Raneda, Manuel Palomar y ahora Amparo Navarro, por los momentos y las experiencias compartidas.

Pero el oficio de periodista, como lo entendíamos languidece, al periódico en papel le cuesta sobrevivir, los canales de información se multiplican y la mayoría son gratuitos, ahora las noticias duran minutos, y la información se mezcla con la opinión interesada y la desinformación generalizada.

Ante este panorama hace casi diez años tuve la suerte de emprender otro proyecto profesional que me permite observar la realidad, mantener el contacto con la gente y emprender proyectos. Ahora soy director de Comunicación y Relaciones Institucionales del grupo Vectalia, una empresa alicantina especializada en la movilidad y los servicios, comprometida con su entorno, y que tiene muy claro, como dice con frecuencia su consejero delegado, Antonio Arias, que las universidades son una herramienta inteligente para las empresas y fuente inagotable de talento.

Por eso me siento afortunado de continuar colaborando con esta Universidad donde hemos creado una Cátedra Vectalia Movilidad, impartimos un máster de Movilidad Urbana Inteligente, organizamos jornadas académicas y seminarios, además de apoyar al talento joven, con la creación de grupos de cámara de la OFUA o ayudando a los equipos deportivos femeninos de la UA. Ahora ser Alumni Ilustre, embajador de la Universidad de Alicante, me compromete más con la institución y me permite revalidar el compromiso que mantengo con la UA desde hace años.