Una noche histórica en Elche

El balonmano femenino tocó el jueves el cielo, pero detrás hay mucho trabajo y personas anónimas a los que hay que aplaudir

Aspecto del pabellón este jueves

Aspecto del pabellón este jueves

M. Alarcón

M. Alarcón

El jueves, Elche vivió una noche histórica. Un equipo de balonmano femenino, el AtticGo Elche, jugó (y ganó) el primer partido de los tres que decidirán quién es el campeón de la Liga Guerreras. Por primera vez, un equipo de Elche disputa el principal título nacional de un deportivo colectivo. Balonmano y femenino. No es mal momento para recordar cómo este deporte y este sexo han acabado protagonizando una de las mayores gestas del deporte ilicitano (copas y supercopas aparte, también en otras disciplinas como el voleibol), mal llamado minoritario, de la ciudad.

El balonmano siempre ha sido un deporte con predicamento en Elche. No en vano, un deportista múltiple (igual jugó al futbol, que al tenis o al balonmano) Emilio Villanueva, quien da nombre al Parque Deportivo, fue uno de los mejores jugadores del extinto Obras del Puerto, que precedió al Calpisa, el gran equipo de la ciudad de Alicante. Contaba mi padre que la gente iba de Elche a Alicante a verlo jugar porque era la estrella porque de no haber sido así nunca un club de Alicante lo habrá fichado. Era un tiempo en el cual los equipos de fútbol tenían que tener secciones en otros deportes y el balonmano lo era en Elche. Aquello de no depender de buscar patrocinadores permitió progresar pero, principalmente, unir a una generación de ilicitanos en torno a este deporte.

Salesianos

No daré nombres porque son familias más que conocidas en la ciudad. A ello se unió que colegios como Salesianos San Rafael ayudaron y siguen ayudando mucho a este deporte, ahí está José Luis, por ejemplo. Pero lo que quizá cambió mucho el popularizar el balonmano, que no se hace de un día para otro, fue un concejal de Deportes, Vicente Pascual, quien introdujo un Patronato de Deportes en Elche y creó la figura de monitores deportivos que vendrían a complementar en los colegios la tarea de profesores que, en su gran medida, no se habían puesto un pantalón corto en su vida y lo que entendían por deporte era soltar un balón en los patios.

Las jugadoras celebran la victoria anoche en el pabellón Esperanza Lag de Elche

Las jugadoras celebran la victoria anoche en el pabellón Esperanza Lag de Elche / ANTONIO AMOROS

Rayo, Pepe, Manolo, Ortuño, Ángel, Aldeguer y muchos otros. Gente del balonmano que terminó trabajando en los colegios de monitores, como también los hubo del baloncesto, atletismo o voleibol, y que durante décadas inculcaron una semilla en miles de ilicitanos. Eran los primeros "profes" de gimnasia (sí, gimnasia) que había sin titulación académica pero por un amor por el deporte que les metió a trabajar con un sueldo entonces más que modesto que les permitía dedicarse a la actividad que más amaban nueve meses al año.

Jesuitinas

En el ámbito femenino, otro colegio privado, Jesuitinas, también trabajo y mucho por el fomento del balonmano porque al fin y a la postre han sido y son las deportistas las que más han abierto esa espita por la igualdad y las que con el paso del tiempo más alegrías han dado al deporte ilicitano. No hace falta salir a una manifestación como la del 8M en la que muchas veces engordamos las cifras para vibrar con un equipo de mujeres deportistas del que nos sentimos más que orgullosos. He citado dos colegios privados porque recuerdo gestas a nivel nacional de los que han sido sus mejores equipos infantiles o juveniles, generaciones de las cuales se han nutrido el Club Balonmano Elche para haber mantenido el complicado pulso de una ciudad en la que deporte solo se entendía en muchos foros como saber darle patadas a un balón. Pero esos monitores trabajaban en los públicos que nunca tuvieron los medios pero que sirvieron para popularizar el deporte base, el que hace personas, crea adultos disciplinados y responsables y convierte a sus prácticamente en amigos de por vida.

El equipo ilicitano, en la presentación del partido

El equipo ilicitano, en la presentación del partido / Matias Segarra

No sé si después de resumir seis décadas de balonmano en Elche en esta humilde columna se pueda entender lo que pasó el jueves en el pabellón Esperanza Lag. Pero, enhorabuena a todos aquellos que lo han hecho posible.