Mazón y la ley de señas de identidad valenciana

No pierda el tiempo en decirnos qué debemos entender por ser valencianos y dedíquese a gobernar honestamente con eficacia y en favor de la libertad; déjese de identidades míticas y culturas propias y de esa faramalla que sólo sirve para que los nacionalistas nos limiten derechos y para emponzoñar la convivencia.

Mazón, en la sede del PP en València

Mazón, en la sede del PP en València / German Caballero

Miguel Ángel Robles

Miguel Ángel Robles

Ley 6/2015, de 2 de abril, de Reconocimiento, Protección y Promoción de las Señas de Identidad del Pueblo Valenciano. Ya tuvimos una, a iniciativa de su partido, que rápidamente fue derogada por los chicos del Botànic… y nadie la echó de menos, por algo será. Para justificar su empecinada iniciativa, ya formalmente emitida en presencia de Pablo Casado allá por el año 2021, dice usted: «Que nadie nos diga a los valencianos lo que somos ni lo que tenemos que ser», y tiene razón, toda, por eso le invito a que usted tampoco lo haga; déjenos ser valencianos y españoles como nos dé la gana. ¡Ah! y copie de la reciedumbre de convicciones que sus adversarios han demostrado. No les gustaba la ley, pues fuera, qué pasa.

La lengua en la que yo le escribo es sólo oficial, no propia, independientemente de que sea la materna del 70% de sus potenciales votantes.

Mazón, esta semana en Orihuela recogiendo brevas junto a la alcaldesa Ana Serna y el cocinero Juliius

Mazón, esta semana en Orihuela recogiendo brevas junto a la alcaldesa Ana Serna y el cocinero Juliius / TONY SEVILLA

La Ley 8/1984, de 4 de diciembre, por la que se regulan los símbolos de la Comunitat Valenciana y su utilización, ya existe, si hubiera que perder el tiempo en su reforma o estuviese verdaderamente acreditada su necesidad, pues hágase con calma y mantengámonos dentro del estatuto y la constitución sin grandes alharacas ni épicas proyecciones de patriotismo. Mire, yo reformaría antes eso de que el valenciano es la lengua propia de los valencianos, recogido en el artículo sexto punto uno del estatuto.

Le invito a que usted tampoco lo haga; déjenos ser valencianos y españoles como nos dé la gana

 La lengua en la que yo le escribo es sólo oficial, no propia, independientemente de que sea la materna del 70% de sus potenciales votantes. Ya empiezo a no identificarme con «el ser valenciano» o, peor aún, otros ven en mí, ateniéndose a la ley, un valenciano de pega, subalterno o falluto. Y cuando empezamos a poner etiquetas, sellos, distintivos, caminamos hacia la segregación, la discriminación, la xenofobia. Señor Mazón, la identidad es un concepto muy peligroso, demasiado líquido para contenerlo en una norma y altamente inflamable. No he luchado contra el nacionalismo del Botànic para imponer otro. Ser español y valenciano es, simplemente, una condición administrativa que se adquiere por nacimiento o por otros supuestos que no vienen al caso. Si la señora que cuida a mi madre adquiere la doble nacionalidad será tan española como yo y tan valenciana como usted, y le aseguro que desconoce qué es la Señera, Lo Rat Penat, el monasterio de la Valldinga y los bous al carrer.. Lo ve, la identidad de esta señora o la mía no se amoldan al valenciano estándar que pretende volver a legislar, ni nos viene por la acomodación a un catálogo de símbolos, inmuebles, tradiciones o folklores. Somos valencianos porque tenemos la ciudadanía española, el único pueblo políticamente relevante sobre quien recae la soberanía nacional, y estamos radicados en un municipio de la Comunidad Valenciana, punto.

Cuando empezamos a poner etiquetas, sellos, distintivos, caminamos hacia la segregación, la xenofobia

Mire, señor presidente in pectore, la identidad personal y la social son difícilmente clasificables y generan invariablemente agravios; viendo la panoplia de señas de identidad que la derogada ley contemplaba yo, desde Orihuela, me sentía algo ajeno. No pierda el tiempo en decirnos qué debemos entender por ser valencianos y dedíquese a gobernar honestamente con eficacia y en favor de la libertad; déjese de identidades míticas y culturas propias y de esa faramalla que sólo sirve para que los nacionalistas nos limiten derechos y para emponzoñar la convivencia.

Debate electoral en la campaña con Mazón y Puig de protagonistas

Debate electoral en la campaña con Mazón y Puig de protagonistas / Biel Aliño

 Señor Mazón, hagamos entre todos una comunidad más leal a España y a su rey; desde el respeto, permitamos que cada uno goce como quiera del privilegio de ser ciudadano de este país tan maravilloso y de hacerlo en este rincón tan favorecido por los dioses. Si conseguimos que la gente trabaje dignamente, estudie sin cortapisas idiomáticas, acceda a la función pública por méritos no por peajes identitarios y tenga seguridad sobre sus bienes y personas, sabrá apreciar el valor de la convivencia común, la solidaridad compartida y el significado de unos pocos símbolos que nos ayudan a la coexistencia juntos, de unas tradiciones que nos cuentan la historia que nos precede y de una cultura que es patrimonio de la humanidad, pero que aquí amamos y cuidamos especialmente. Vaya, que hay valencianos que no prueban la paella y son adictos al cocido con pelotas.