Opinión

Europa entre Putin y Trump

El Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell.

El Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell. / Philipp von Ditfurth/dpa - Archivo

No me cabe duda que Josep Borrell vicepresidente de la Unión Europea y alto representante para la Política Exterior y de Defensa de la Unión Europea sería un buen cabeza de lista en las elecciones al Parlamento Europeo del próximo 9 de junio. Ya lo fue en 2004, y en 2018. Aún con setenta y siete años que habrá cumplido, sigue siendo más joven que los candidatos a la presidencia de Estados Unidos. Aunque la edad sea lo de menos. Borrell fue ministro con los gobiernos de Felipe González y con Pedro Sánchez y fue el primero que ganó unas elecciones primarias en 1998 para ser secretario general del PSOE, frente a la oposición de Ferraz.

Recientemente ha mantenido la presencia y la autoridad de la política exterior europea que dirige desde 2019. Incluso, manteniendo una postura firme ante la invasión israelí de Gaza o la guerra de Putin en Ucrania. El último eslabón, muy importante, ha sido el pasado día 5 la presentación de la primera Estrategia Industrial Europea de Defensa que plantea un Programa de la Industria de Defensa para apoyar la competitividad y la preparación de la industria en toda la Unión. La estrategia pretende aumentar la preparación industrial de la defensa europea: que los estados inviertan: más, mejor, de forma conjunta, y en Europa. Para eso, la estrategia establece una serie de indicadores que medirán los avances de los Estados miembros hacia la preparación industrial de defensa europea y propone:

A.- Adquirir al menos el 40% de los equipos de defensa de forma colaborativa de aquí a 2030;

B.- Garantizar que hasta entonces el valor del comercio de Defensa dentro de la Unión represente al menos el 35% del valor del mercado de defensa de la Unión;

C.- Conseguir que al menos el 50% del presupuesto de contratación pública en materia de defensa se contrate dentro de la Unión Europea de aquí a 2030 y el 60% de aquí a 2035.

En Europa se ha hablado mucho de potenciar la defensa autónoma de la Unión, subrayando a menudo que eso es dentro de la OTAN, para evitar mosqueos del gran aliado norteamericano. Pero, cuando los candidatos a presidente USA nos recuerdan la necesidad de invertir en Defensa al menos el 2% del presupuesto; e incluso Trump invita a Putin a que invada a países de la OTAN a los que a algunos- dice- no piensa defender. Saltan todas las alarmas. Ya durante su mandato Trump ignoró y puso trabas al desarrollo de la Unión, fue entonces cuando Putin intervino en Bielorrusia, y ahora lo ha hecho en Ucrania. Mañana puede hacerlo, si gana Trump, en las repúblicas bálticas.

Entre Trump y Putin están consiguiendo que la Unión Europea desarrolle una estrategia de defensa común autónoma que, como bien plantea ahora Borrell, debe empezar “por garantizar la disponibilidad de todos los productos de defensa apoyando las inversiones de los Estados miembros y de la industria europea en el desarrollo y comercialización de la futuras tecnología punteras; por garantizar que los presupuestos nacionales y de la Unión Europea apoyen con los medios necesarios la adaptación de la industria europea de defensa al nuevo contexto de seguridad”; revisar la política de préstamos del Banco Europeo de Inversiones en materia de defensa; desarrollar vínculos más estrechos con Ucrania y sus industrias de defensa; y colaborar con la OTAN y con nuestros socios estratégicos, y con Ucrania.

El programa incluye inicialmente 1500 millones de euros del presupuesto de la Unión para los próximos tres años aumentando la capacidad de producción armamentística la cooperación en I+D Incluso facilitar el acceso a la financiación a las pymes de tecnología o productos de defensa. En suma, a la Cooperación Estructurada Permanente (CEP) entre unidades militares europeas se añade y es fundamental un programa de armamentos europeos que permita cooperar en materia de equipos de defensa y garantice la disponibilidad y el acceso a equipos y material de defensa propios.

Probablemente la Unión Europea tendrá que aumentar su presupuesto. de defensa hasta el 2%, pero en comercio e industria propias. “Europa no puede esperar más para reforzar la capacidad de la base tecnológica e industrial de la defensa europea para producir más y más rápidamente” ha dicho Borrell. Europa está obligada- por la amenaza rusa y el aislacionismo trumpista-, a rearmarse pero deberá hacerlo en industrias propias que le permitan mantener la autonomía política y la independencia estratégica.