Opinión
Vivir en un barranco
La provincia de Alicante mantiene el 10% de su territorio (en el que se concentra un porcentaje muchísimo más alto de la población) con un gran riesgo de sufrir inundaciones cuando se produce una tromba de agua

Áxel Álvarez
Las dantescas imágenes de la DANA, que hace una semana sepultó de barro el futuro de cerca de un millón de personas en Valencia, me han traído a la memoria los años en los que me dediqué a escudriñar el urbanismo de la provincia de Alicante debido a mi condición de periodista. Llevo desde el martes pasado pegado al televisor, a los periódicos (la seducción de la catástrofe la califican algunos) y no dejo de pensar en lo mismo: ¿Es que no vamos a aprender nunca, por mucho que nadie pueda prevenir que en esta bendita tierra nos pueden caer 500 litros por metro cuadrado en una hora y cuando menos te lo esperas? Esta vez le ha tocado a Valencia, pero Alicante no es ajena, ni mucho menos, a estos fenómenos que traen la ruina, vital y económica.
Les recuerdo: La provincia de Alicante mantiene el 10% de su territorio (en el que se concentra un porcentaje muchísimo más alto de la población) con un gran riesgo de sufrir inundaciones cuando se produce una tromba de agua como la que, por ejemplo, causó la muerte de dos turistas ingleses en un mercadillo ambulante de Finestrat en 2011.
Un porcentaje que representa un total de 22 millones de metros cuadrados que han sufrido el intenso proceso urbanizador que ha padecido la provincia en los últimos 35 años, con edificaciones e infraestructuras ocupando zonas inundables.
¿Responsables? Ayuntamientos que miran hacia otro lado, multas que no surten efecto, e indolencia de una Administración que sólo reacciona cuando se produce la catástrofe, explican que Alicante sea una de las zonas con mayor riesgo de España debido a la propia peculiaridad del clima mediterráneo y las tropelías urbanísticas.
Tras la trágica riada de 1997 se aprobó un plan de infraestructuras de 102 millones de euros que, prácticamente, blindó a la ciudad de Alicante, pero, incluso, esta urbe tampoco se salva de sufrir puntuales inundaciones en su casco urbano. ¿El motivo? Hace años que el Instituto Interuniversitario de Geografía de la UA detectó que el 90% de las calles de la propia capital y del resto de los municipios de la provincia carecen de un diseño que favorezca la evacuación de las aguas en caso de una riada, ya que su trazado es convexo -el agua discurre hacia los extremos de la calle-, lo que termina favoreciendo las periódicas inundaciones en bajos comerciales, sótanos y garajes.
Algunos puntos del municipio de Alicante como la avenida de Miriam Blasco o la salida sur por la Avenida de Elche ofrecen un claro ejemplo del peligro de inundarse si se produjeran lluvias torrenciales.
El Plan Antirriadas no actuó sobre la trama urbana, por lo que el caudal de agua que no logre canalizarse por la red de colectores y entre en el casco urbano volverá a producir embolsamientos en caso de una nueva gota fría.
Y es que el desarrollo urbanístico practicado en la provincia, a veces desordenado, ha provocado que muchas urbanizaciones invadieran ramblas u obstruyeran torrenteras naturales, lo que dispara la amenaza.
La Generalitat aprobó en 2003 el plan para la prevención de las riadas -Patricova- que supuso un gran avance en la política de prevención del riesgo, pero no es menos cierto que antes de su entrada en vigor, y aún después, se habían llevado a cabo actuaciones urbanísticas sobre áreas de inundación. El riesgo se ha incrementado en los últimos años porque todavía se construyen urbanizaciones en áreas inundables.
Esto indica que o bien las confederaciones hidrográficas del Júcar y Segura han continuado dando permiso y por tanto no se estima elevado el riesgo de inundación o, lo que es peor, que a veces se permite su construcción sin el informe correspondiente de la confederación pertinente. De hecho, la Generalitat aprobó, por ejemplo, en el periodo 2007-2010 un total de ocho planes urbanísticos en la provincia desoyendo los informes negativos y, por tanto, desfavorables de la Confederación Hidrográfica del Júcar, en los que advertía del riesgo de inundabilidad en Benimeli, Novelda, Calp, Polop de la Marina, Villena y Monforte.
Uno de los mayores problemas que persiste en la provincia es la falta de estudios rigurosos de inundabilidad en los PGOU. Los urbanistas redactores de los planes se acogen a lo que indica la cartografía de riesgo del Patricova, pero no se llevan a cabo los estudios de inundabilidad que se contemplan en los artículos 16 y 17 del plan en vigor desde hace años.
Todavía hay muchos ayuntamientos de la Comunidad que carecen de plan de prevención del riesgo de inundaciones con una cartografía detallada de espacios de riesgo.
Otro de los problemas radica en que la delimitación de las zonas inundables en España y, por ende, en la Comunidad Valenciana se realiza utilizando el método de los períodos de retorno -cálculo temporal en el que se podría volver a producir una precipitación intensa similar a la que ha provocado el desastre- que no resulta del todo fiable por el propio carácter irregular del clima mediterráneo.
El Patricova sí obligó, en este sentido, a los ayuntamientos a tener zonas de su municipio bajo riesgo máximo de inundación, a modificar sus planes de ordenación urbana -PGOU- para clasificar dicho suelo como no urbanizable de especial protección. Además, en el suelo urbanizable que cuente con programa de actuación integrada, pero esté en una zona de riesgo, deberá realizarse un estudio previo antes de su urbanización, así como adecuar sus construcciones a la normativa.
El plan tenía un plazo de ejecución de obras -algunas formaban parte del PHN- de ocho años con un presupuesto aproximado de 800 millones de euros y su objetivo era reducir al máximo la posibilidad de inundaciones en la Comunidad, donde el 5,4% de su territorio, es decir, 1.256 kilómetros, presenta riesgo de inundación.
Hoy, tras la tragedia de Valencia, todo son buenos propósitos. Salvemos a la familias blindando también su territorio.
- Endesa informa: devuelve el recibo si la factura se ha disparado en enero
- Operaciones de cataratas y de glaucoma menos invasivas y lentes más cómodas
- La predicción de Niño Becerra sobre las pensiones: 'En los próximos años...
- Confirmado por Hacienda: se perdona todas las deudas que sean inferiores a esta cantidad
- Es una ruina': El economista Gonzalo Bernardos deja claro lo que NUNCA debes hacer con las tarjetas de crédito
- Aviso de Hacienda: prohibido hacer estos pagos en efectivo a partir de ahora, aunque sea en varios pagos
- El barrio Granada, el núcleo urbano más recóndito de Alicante
- Hacienda va a por Bizum: a partir de esta cifra hay que declararlos