Señor Mazón

- Pa, Hay un señor que llama desde la Tierra e insiste en hablar contigo.

- Ya sabes, JC, que no hablamos directamente con los humanos hasta que no han subido aquí arriba.

- Lo sé, pero este es un caso un tanto especial. El hombre las está pasando casi peor de lo que yo lo pasé allá abajo.

- Eso es mucho decir, JC. ¿Crees que podemos hacer una excepción y hablar con él?

- Yo creo que sí. Ya verás como no te arrepentirás

- Aquí. Pa. ¿Con quién hablo?

- Con Carlos Mazón, Señor Padre. Presidente de la Generalitat Valenciana.

- Uf… Me había dicho mi hijo que se trataba de un humano que lo está pasando mal, pero no creía que fuera para tanto. Usted es el récord Guinnes de padecimiento en 2024.

- Sí, la verdad es que estoy sufriendo muchísimo y por eso quería hablar con ustedes.

- Conocemos la situación, señor Mazón. Y comprendemos que esté usted muy afectado. En su caso, creemos que hay una combinación de mala suerte, escasa competencia y situación política crispada, lo que impide una solución satisfactoria a los graves problemas que trajo la maldita dana.

- Pero yo no soy culpable de lo que ha sucedido.

- Cierto, pero reconocerá usted que su reacción a la catástrofe no ha estado a la altura de lo que se espera de un líder puesto ahí precisamente para resolver problemas.

- Puede que el tema se escape de mi competencia, pero por eso he puesto a un militar de experiencia, alguien cualificado para lidiar con catástrofes.

- Eso puede ser aceptable, señor Mazón. Pero lo que es evidente es que está usted amortizado como político, su carrera ha concluido, de manera que yo le aconsejaría que a partir de ahora no se aviniera a instrucciones de partido ni interés político alguno, aléjese de esa lucha polarizada que está arruinándolo todo, actúe como le dicte su humanidad, su caridad y el pensar que los afectados por las inundaciones son casi de su familia. Arriesgue, sea heterodoxo, tome medidas diferentes, busque recursos debajo de las piedras, dedique los años o meses que le puedan quedar en el poder a resolver este conflicto, aunque las medidas que tenga que tomar se enfrenten a su propio partido, del que ya nada puede esperar.

- Es que el gobierno central nos ha dejado abandonados.

- Puede ser, pero en este momento no queda otra que tragarse el orgullo y las estrategias de partido y pactar lo que haga falta en beneficio de los afectados.

- Entonces su consejo es que me olvide de mí y de mi futuro y me centre en la resolución del problema y el alivio de los afectados.

- Así es, señor Mazón. U opta usted por los afectados al cien por cien o elige mantener un status quo «lampedusiano» que impida que nada cambie. Al menos usted no tiene que velar por su futuro político y puede optar por su conciencia, lo que no puede decir casi ningún político. Es preferible retirarse con la conciencia limpia que continuar en la poltrona tragándose sus propios principios.

- Creo que no le falta razón, Señor Pa.

- Está usted ante una oportunidad única, Señor Mazón. Está libre de ataduras de partido porque está usted amortizado. Es el momento de demostrar de qué metal está usted hecho: si es duro acero, capaz de doblegar instituciones y partidos a favor de las personas o blando latón solo capaz de moldearse al dictado de sus propios intereses, como la inmensa mayoría de políticos actuales.