Opinión | Ver, oír y gritar

Felices o infelices fiestas

Pedro Sánchez, en rueda de prensa tras presidir este lunes el último consejo de ministros del año

Pedro Sánchez, en rueda de prensa tras presidir este lunes el último consejo de ministros del año / Chema Moya / EFE

El Gobierno de coalición progresista tiene ciertos motivos para encender sus luces navideñas, festejar algunos premios de la lotería y lanzar polvorones al personal. Sin embargo, las voces contradictorias amargan la fiesta y ensombrecen el árbol de Navidad situado en la Moncloa. Hay turrones blandos y duros para todos los gustos.

A la vista está el optimismo de Sánchez, forzadamente o no, ya que las distintas tormentas no conocen pausas. No pierde la sonrisa y pondrá monigotes el día de los Inocentes al que se sitúe en el medio. Los datos macroeconómicos funcionan, pero la materia social tiene puntos débiles, según determinados medios y a propósito de la Comisión Europea. Abandono escolar, pobreza infantil y exclusión. Y las prestaciones sociales no reducen el problema. ¿Faltan elementos positivos? ¿Existe un impacto favorable en la realidad de las clases medias y trabajadoras? ¿La situación de España es crítica? ¿Sería mejor con un Ejecutivo de las dos derechas que solo trabajan para unos cuantos? ¿Habría menos desigualdad de ingresos económicos y mejores ayudas? ¿Y la función de las comunidades autónomas gobernadas por uno u otro signo?

Nos dicen que estamos a la cola de Europa, por detrás de Grecia, Rumanía e Italia. Sin embargo, Bruselas da luz verde al Plan fiscal y estructural de medio plazo remitido por el Gobierno el pasado 15 de octubre. O sea, nuestro país «liderará el crecimiento entre las grandes economías europeas», a juicio del ministro Carlos Cuerpo. Protegiendo el estado de bienestar y las inversiones. ¿No estamos en el equipo de buenos alumnos por cumplir las nuevas reglas fiscales europeas y un modelo equilibrado, sostenible y justo? La propia Comisión lo subraya. Un mercado de trabajo fuerte, un consumo dinámico y un vigoroso sector exterior. ¿Esta es la pésima situación española que algunos resaltan?

Además, la transición verde y digital. La seguridad energética, la mejora del clima empresarial y de la eficacia del gasto público en el nuevo marco de gobernanza económica, de prioridades comunes de la UE. O el impulso de la vivienda asequible y aumentar los ingresos y la modernización del sistema tributario. Todo junto a la reducción de la deuda y del déficit público. Unos trabajan, pese a todas las dificultades, mientras otros arman el belén, montan la marimorena, desinforman y difaman.

El Gobierno prepara una nueva ley procesal que deberá superar su tramitación parlamentaria y que afectaría a la acción popular como la que existe con grupos ultraderechistas o el PP, que solo buscan tumbar desesperadamente a Sánchez por vía judicial. Porque no pueden hacerlo de otra forma y cuentan con el activismo político de algunos jueces. En eso confía el talante antidemocrático de Feijóo. La desvergüenza y las mentiras desfilan en carroza, y la derecha extrema y la extrema derecha se ríen de sus propios votantes y no aportan, víctimas de sí mismos, el menor grano de arena. El PP criminalizó a Junts. Puigdemont parece hoy casi un ángel caído del cielo.

El influyente semanario británico The Economist sigue poniendo de relieve el gran momento de la economía española y resalta las lecciones que España puede dar al resto de Europa. Será por algo. Los fondos europeos, el turismo, la inmigración o la exportación de servicios relacionados con la tecnología, la ingeniería y la consultoría. Eso sí, no conviene instalarse en la autocomplacencia ni en la cabalgata de Reyes.

Muchos sueldos no llegan a fin de mes y no se ha erradicado la precariedad laboral, especialmente entre los jóvenes, el colectivo más derechizado de toda la sociedad. ¿Cómo puede funcionar el totalitario discurso de Vox en las nuevas generaciones? Se entienden las quejas, sí, que no se solucionarán echándose en brazos de algunos. Los empleados fijos-discontinuos no trabajan siempre. El costo de una vivienda es un obstáculo en numerosos casos. Y el alquiler de una casa tampoco resulta muy factible.

Por otra parte, la ministra de Trabajo y líder de Sumar, Yolanda Díaz, presiona al PSOE con la reducción de la jornada en 2025, que consta en el pacto de Gobierno. Retrasar medidas o incumplirlas solo nutre a las derechas políticas y a la patronal, que rechazó ayudas directas a las pequeñas empresas para su adaptación. Sea como fuere, la reducción laboral a las 37 horas y media, de acuerdo con los sindicatos, es posible que no sea un hecho antes del 31 de diciembre del año que viene. Es preciso recabar apoyos en el Congreso, pero ¿si no se puede legislar y sacar leyes adelante?

Núñez Feijóo, en ese sentido, celebra que se tumbe el impuesto a las energéticas con el apoyo a una enmienda del PP. Vox, Junts, el PNV y UPN unen sus esfuerzos pensando en los intereses de esas «pobres» compañías con 25 .000 millones de euros de beneficios, en perjuicio de las arcas públicas y de los ciudadanos. Cuestión ideológica.

Cabe la posibilidad de que el Consejo de Ministros apruebe un decreto. Los aliados de izquierdas exigen la extensión del tributo porque de no ser así no negociarían nada más con el presidente Pedro Sánchez. ¿Feliz Navidad y próspero año nuevo? n

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