Opinión | ÓBITO

Andrés Pedreño y Antonio Escudero

Gloria Pardo Alés: Legado de una universitaria ejemplar

Gloria Pardo Alés

Gloria Pardo Alés

La reciente pérdida de Gloria Pardo Alés nos ha conmocionado. Desde 1983, año en que se incorporó como profesora al entonces Departamento de Estructura Económica de la Universidad de Alicante, nos enseñó lo que significa ser una profesora ejemplar y una entrañable amiga.

Estudió la carrera de Ciencias Económicas en Valencia y fue premio extraordinario de licenciatura, obteniendo una beca para trabajar en la oficina de comercio exterior de la embajada de España en El Cairo. Al volver de Egipto, decidió preparar oposiciones a Técnico Comercial del Estado, pero, para desgracia del Ministerio de Economía y beneficio de la universidad, leyó en el periódico un anuncio en el que se decía que se necesitaba un profesor de Estructura Económica en nuestra universidad. Gloria presentó su expediente académico plagado de matrículas de honor y fue contratada por unas credenciales que acreditaban dos virtudes: inteligencia y capacidad de trabajo.

Esas mismas virtudes fueron las que después le sirvieron para doctorarse y dedicarse a la docencia, a la investigación y a la gestión universitaria de un modo ejemplar, como hace unos días destacó en este periódico la profesora Paloma Taltavull. Para explicar un Sistema Financiero puesto al día y no de manual, Gloria preparaba muchos de sus temas con las directrices del Banco de España y el Boletín Oficial del Estado. Publicó trabajos sobre el fondo de garantía de depósitos; sobre cajas de ahorros; sobre la crisis financiera de 2008 y sobre comercio exterior y fue directora del Departamento de Análisis Económico Aplicado, secretaria y directora del Instituto de Economía Internacional, directora del Master de Comercio Internacional y también de las Jornadas de Alicante sobre Economía Española.

Más allá de estos méritos, quienes la conocimos sabemos que su verdadera grandeza residía en su alma. Gloria era bondadosa, tolerante, simpática y leal.

Su pérdida nos llena de dolor y desearíamos desamordazarla y regresarla, pero sólo podemos agradecerle todo lo que hizo por nuestra universidad y desear que su legado nos sirva para construir una universidad y una sociedad mejores.

Descansa en paz, querida Gloria.

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