Opinión | Sin aspereza

Amador, qué grande eres

La pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Alberto González Amador, en una imagen de archivo.

La pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Alberto González Amador, en una imagen de archivo. / Europa Press

González Amador, pareja de Ayuso, es un bendito y me quedo corto. Tras un año largo de investigación en los que la Agencia Tributaria concluyó que había defraudado 350.000 euros por los ejercicios del Impuesto de Sociedades de 2020 y 2021 y nueve meses desde que se revelara el asunto ahí sigue tan girocho el imputado. ¿Qué hay en su contra? Parecería que cada vez menos. La admisión por parte de su abogado de la comisión de un par de delitos a Hacienda es un sueño difuminado en el relato. Además, procesalmente hablando, para Amador no es definitivo. Ni le viene ni le va, salvo que decida querellarse contra quien lo dijo, especialidad en la que nadie se atreverá a cuestionarlo. Es un hacha.

   La presidenta madrileña lo ha resumido con precisión «Esta es la lucha de un hombre solo contra el Estado». Se me saltan las lágrimas. ¿Y a quién no?, dirán ustedes. Es tremendo. Tanto que, al formar parte destacada de la pirámide estatal, lo que viene a deslizar es que se ha inhibido, que se ha quedado completamente al margen del gigantesco pulso acometido por Alberto, algo que anda al alcance de cualquiera que se ponga. Las cotas alcanzadas por el galán en su cruzada a pecho descubierto son de récord. De momento, en el primigenio procedimiento para investigar el fraude a Hacienda por parte de este bendito, están empurados el fiscal general del Estado; la fiscal provincial de Madrid, la ministra de Hacienda; personal que fuera de Moncloa, bajo vigilancia del Supremo, en tanto que un juzgado ha citado a un acto de conciliación al mismísimo presidente del Gobierno más un secretario general del pesoe caído en desgracia forzado a dimitir. Encima esto último Sánchez ni siquiera lo ha agradecido. Qué poco estilo.

   ¡Ah! Y la ha emprendido a querella limpia contra colegas del corte tremendista de Enric Juliana y Xabier Fortes, entre otros, por mencionarlo como «autor confeso de fraude fiscal». Siendo ecuánimes es que eso no se puede consentir cuando está claro lo que este hombre es: ¡Un héroe!

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