Opinión

La economía de la provincia de Alicante ante el 2025

La economía de la provincia de Alicante ante el 2025

La economía de la provincia de Alicante ante el 2025 / INFORMACIÓN

La economía española abre la puerta del 2025 con buenas expectativas tras unos buenos resultados a niveles macroeconómicos en este 2024. Las previsiones de las principales instituciones apuntan a nuevos crecimientos del PIB español en 2025, muy superiores a la media europea, aunque inferiores a los logrados en este 2024. Parece que el viento sopla a favor y que todo funciona, gracias a la mejora de la inflación, la bajada de los tipos de interés, las buenas perspectivas de sectores como el turismo, y a la buena respuesta del mercado laboral. Todo ello, coinciden los analistas, impulsará la previsión económica de nuestro país.

No obstante, hay otros elementos macro que debemos tener en cuenta, como son el impacto en nuestra economía española, valenciana y alicantina de circunstancias exógenas a nosotros. A saber, el futuro del conflicto en Ucrania, el desarrollo del clima bélico en Oriente Medio y su impacto en los territorios productores de petróleo, o la constatación de algunas propuestas de la nueva administración estadounidense en materia de comercio internacional. Estos son elementos que generan incertidumbre y que pueden tener un impacto considerable en la economía de nuestra provincia.

A estas incertidumbres externas, se suman las internas: fundamentalmente las que tienen que ver con la gestión de los daños causados por la dana en la provincia de Valencia; y la inestabilidad política que nos deja sin presupuestos de 2025 al iniciar el año, tanto en el Estado como para la Comunidad Valenciana.

El impacto de la dana va a suponer, según los cálculos oficiales, una pérdida de entre una o dos décimas del PIB estatal. Falta por concretar cuánto supone eso para la economía de la Comunidad Valenciana y, en concreto, cómo afectará a la provincia de Alicante. Y tememos que será considerable.

Sea como sea, no hay ninguna duda en atender a estos municipios y, lo que es más importante, a sus gentes. Cueste lo que cueste. Primero por solidaridad con quienes han sufrido tan enorme drama; segundo, porque es vital poner a funcionar la maquinaria industrial y empresarial de estas comarcas para beneficio de toda la Comunidad Valenciana. Para atender esta acción, debemos cerrar filas en el objetivo, pero también en la estrategia que debe ser conjunta. El sector económico de la provincia de Alicante no va a dar la espalda a esta realidad, pero también debe tener la confianza de que las inversiones que necesita la provincia no se van a relegar, puesto que si la economía de Alicante se estanca, la recuperación de la dana será más difícil. Hay que cuidar nuestro sector turístico y las inversiones que requiere, y no podemos desatender la necesidad de industrialización de nuestra economía en la provincia de Alicante.

En este sentido, es donde entra a jugar la situación que la provincia de Alicante sufre con la inexistencia de presupuestos, tanto del Estado como de la Comunidad Valenciana.

En cuanto a los primeros, es fundamental que se aprueben con una mejora de la situación de la provincia, que no debe volver a aparecer en el número 52 de las 52 provincias existentes. Alicante no debe ser la pagana de las deudas políticas de una forma de gestionar el Estado donde los contrapesos políticos territoriales se imponen a las necesidades estratégicas del conjunto del país. Los resultados macroeconómicos deben tener un claro reflejo en la realidad cercana y próxima de la ciudadanía, de los empresarios también, y de la provincia de Alicante en particular.

Ello, en otro orden de cosas, también exige una nueva política fiscal para las empresas – en concreto para las pymes – que no castigue la viabilidad de sus proyectos; y volver a la cultura de la negociación colectiva entre patronal y sindicatos, que no se base en las amenazas e imposiciones de una ministra. La imposición de nuevas reglas de juego para las empresas puede llevar al traste la perspectiva de futuro de nuestra economía. Cuidado.

Por otra parte, la Comunidad Valenciana también tiene que acometer la aprobación de unas cuentas autonómicas para 2025 que no deben de ser ni del gobierno ni de la oposición, sino de la sociedad de la Comunidad Valenciana que espera respuestas concretas ante una situación dramática como ha sido la dana. Pero que también debe tener en cuenta la realidad del resto de territorios, que en una situación como la actual deben de tirar del carro económico y no pueden quedarse sin el combustible de las inversiones territoriales.

Hoy, hacer más fuerte a la Comunidad Valenciana parte de la concepción de las necesidades especiales que tiene la provincia de Valencia y la inteligencia de apostar por Alicante para que tenga la fuerza suficiente de tirar del carro del conjunto de la Comunidad Valenciana. Hoy, sin duda, es cuando más falta hace que seamos más comunidad que provincia, pero sin olvidar que todas las provincias son las que harán más fuerte el conjunto de la Comunitat.

Nos hace falta responsabilidad, aprovechar al máximo los datos macro y entender las necesidades más micro de nuestros territorios. Unas y otras harán que Valencia esté más cerca que nunca de Alicante y que Alicante sienta como nunca su vinculación con Valencia.

Estos son nuestros retos colectivos en 2025 de una sociedad que quiere mirar al futuro con optimismo, unida y sin muros.

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