Opinión | En pocas palabras

Ocho apellidos alicantinos

Panorámica de Alicante.

Panorámica de Alicante. / Áxel Álvarez

Ahora que la plaza del Ayuntamiento goza de las últimas horas con el Belén Gigante presidiendo sus días más fríos recuerdo aquellas noches cálidas en las que me atreví a practicar el juego de los ancestros, sin más pretensión que la de comprobar cómo el Alicante actual ha mudado su rostro y los alicantinos que ejercen de tales proceden de los lugares más variopintos. Nada que no ocurra en ningún otro rincón de nuestra geografía que haya crecido a nivel exponencial.

Justo donde se ha posado el Belén Gigante, poco después de que se queme la Hoguera Oficial el 24 de junio se instala un escenario donde se ofrecen una serie de actuaciones a lo largo de los meses de julio y agosto. Desde luego que fue una buena opción la de trasladar desde la Concha de la Explanada hasta la recogida plaza del Ayuntamiento estas veladas musicales puesto que se ha ganado en acústica, en confort y en aforo.

Aunque la entrada es libre se requiere reserva de aforo para mantener un control, y del mismo se encargan unos responsables del servicio que suelen repetirse cada uno de los ciclos, y que elegidos al azar, me sirvieron para realizar mi particular experimento. Alejandro y Juan Carlos, que así se llaman los porteros que entrevisté aquella noche, son alicantinos de pleno derecho que ya nacieron en la ciudad. Sin embargo, al preguntarles dónde vinieron al mundo sus padres surgieron otras cuatro. Los padres de uno eran de Orihuela y Cartagena, los del otro de Albacete y Sidi Ifni (los lectores más jóvenes ni siquiera sabrán qué provincia era esa). Todos forman parte de esa ciudadanía que conforma a los 350.000 alicantinos, y por lo tanto también valencianos. No está de más pensarlo de vez en cuando.

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