Opinión | Tribuna

Queridos Reyes Magos

Ilustración de los Reyes Magos

Ilustración de los Reyes Magos

La maravillosa tradición de los Reyes Magos es una fiesta que muchas ilusiones alienta, que muchos ensueños provoca en los niños y en los que conservamos en el corazón los dulces recuerdos de nuestra niñez. Y es una de las celebraciones más populares y entrañables de cuantas se celebran en España, no habiendo localidad grande o pequeña donde el cortejo de los Magos de Oriente, en la noche mágica del 5 de enero, no despierte en los más pequeños, con la dichosa complicidad de los mayores, oleadas de entusiasmo, de alegría y de candor. Ese candor que tanta falta nos hace para poder contemplar el mundo con ojos limpios, desprovistos de la maldad y el egoísmo con que nos empeñamos en desfigurar el plan divino de paz y amor para la humanidad. Una humanidad simbólicamente representada en los Magos de Oriente –Melchor, Gaspar y Baltasar– que devotamente se postraron ante el Niño Jesús en Belén, adorándolo como Mesías Redentor y ofreciéndole, según dice el evangelista san Mateo, regalos de oro, incienso y mirra.

Por eso, en la tradición cristiana se acostumbró a obsequiar a los niños en esta antiquísima fiesta de la Epifanía del Señor, siendo España donde la costumbre ha arraigado con más fuerza, aunque algunas modas extranjeras hayan pretendido debilitar el mágico rito de la ilusión y la sorpresa que la noche de Reyes siempre conlleva. Precisamente, la provincia de Alicante es escenario de dos importantes eventos al respecto: el «Auto de los Reyes Magos», que se celebra en la localidad de Cañada y la localidad de Alcoy que tiene el honor de celebrar la cabalgata más antigua de España y por lo tanto del mundo, siendo el origen documentado de esta tradición el año 1866 y realizándose de forma ininterrumpida desde el año 1885. Esta cabalgata de Reyes Magos tiene dos actos previos y un tercero, el más importante, que es la propia cabalgata. El domingo previo al día 5, por la mañana, se celebra el primero de los actos llamado «Les Pastoretes» o Las Pastorcillas, consistente en que los niños y niñas de la ciudad acuden vestidos de pastorcillos a adorar al niño Jesús que se encuentra en el nacimiento de la plaza de España. El día 4 de Enero, víspera de la Cabalgata tiene lugar el segundo acto, conocido como «La Burreta» o Bando Real, en el que se recibe al Embajador Real que anuncia la llegada de Sus Majestades los Reyes de Oriente. Y el acto principal, la propia Cabalgata de los Reyes Magos, se celebra a partir de las 18 horas del día 5 de Enero con una duración casi de 4 horas. Los Magos realizan todo el recorrido subidos en suntuosos camellos y a mitad del recorrido, en la Plaza de España se detienen para realizar la adoración al niño Jesús, mientras suena el «Aleluya» de Haendel, repican las campanas y relumbran los fuegos artificiales. Más de 1000 personas participan en la Cabalgata, y los pajes reales suben por altas escaleras para dejar los regalos en algunos domicilios, con una indescriptible e ilusionada emoción.

Pero, además, la festividad de los Reyes Magos es también buena ocasión para que reflexionemos sobre las dolorosas realidades que nos envuelven al mismo tiempo que nos afanamos en contentar a nuestros niños. Que reflexionemos y que nos comprometamos activamente ante las situaciones clamorosas de pobreza, de emigración, de injusticia, de marginación, de dolor y de desamparo.

Porque, ¿qué sentido tiene escribir a los queridos Reyes Magos solicitándoles caprichos y regalos, si con nuestras obras no estamos esforzándonos en ser mejores, y en hacer todo lo posible para que el mundo sea mejor? Y todos podemos intentar que el mundo sea mejor evitando enfrentamientos, discusiones y malquerencias, aunque solo sea a nivel de familia, de amigos, de trabajo, de simples relaciones vecinales, con el decidido empeño de ser instrumentos de armonía, de energía positiva, de feliz fraternidad y de dicha entrañable. Actuando para lograr que el progreso no sea una trampa alienante y caótica, sino el liberador destino que la humanidad ha de alcanzar guiada por la inteligencia y la honradez. Esforzándonos hasta el límite para sembrar de alborozo y de esperanza cada día, para cumplir dignamente con nuestras obligaciones cotidianas, con la voluntad de que el bien común impere siempre, fuerte, limpio y ecuánime.

Sí, queridos Reyes Magos, en esta Epifanía de 2025 os pedimos fervientemente que el mundo sea mejor, gracias a nuestro empeño personal de ser mejores cada uno.

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