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HLA Alicante | Caperucita en el Pedro Ferrándiz

Doctora en Lingüística Aplicada y profesora de la Universidad de Alicante

Rubén Perelló pide calma a sus jugadores durante un partido en el pedro Ferrándiz.

Rubén Perelló pide calma a sus jugadores durante un partido en el pedro Ferrándiz. / Pilar Cortés

Conocen ustedes perfectamente el cuento de Perrault, que lleva siglos circulando en la tradición oral y en la literatura infantil. Una va con sus mejores intenciones, paseando tranquilamente de camino a conseguir su objetivo, y durante el trayecto se encuentra a malvados seres que intentan llevarte por la senda más larga con idea de engañarte y acabar contigo. No puede una bajar la guardia ni un momento. Acechan peligros por todos lados, o eso debió pensar el HLA Alicante tras perder en Castellón el otro día. Ni un partido tranquilo podemos tener, oye. Como Caperucita yendo a ver a la abuelita, los lobos aguardan a por su bocado final, con artimañas y trampas para seducirte y someterte. Para bien o para mal, hay que estar alerta a cada paso.

Este sábado recibimos en el Pedro Ferrándiz al CB Naturavia Morón, que únicamente ha ganado un partido en cuatro meses de competición. Pero no se fíen ni un pelo: es un lobo con piel de cordero que ya enseñó la patita cuando llevó a todo un Movistar Estudiantes a la prórroga. Los sevillanos también juegan al baloncesto, también tienen killers entre la plantilla y enseñarán esos dientes para comerte mejor a la mínima oportunidad. 

La buena noticia es que, tras 25 años en el siglo XXI, a Caperucita ya no la engaña cualquiera. Hemos aprendido a reconocer el peligro, a confiar en el instinto y a calar a los lobos casi antes de que abran la boca. Con esa filosofía afronta Rubén Perelló el partido contra Morón: que nadie se confíe. Jugar contra el colista no significa que vaya a ser un partido fácil. Pero hay que cerrar, como sea, esta pésima primera vuelta de la liga con cuatro victorias en el casillero, y es en casa donde somos más fuertes, porque podemos defendernos mejor de los peligros que nos rodean. Los tres triunfos consecutivos cosechados en Alicante invitan al optimismo, pero veremos si este equipo del sur se nos da tan bien como los tres norteños (Gipuzkoa, Tizona, Obradoiro) a los que vencimos. Nuestro particular cuento en Primera FEB no tiene hadas madrinas ni varitas mágicas, sino el trabajo feroz de Kevin Larsen bajo el poste, la escopeta de Jordan King para acabar con los sueños del lobo y la velocidad y astucia de Adrià para llegar el primero por el camino más corto. Así que este sábado traigan a su abuelita al partido, que estará a salvo gracias a la defensa lucentina contra Morón. Hemos aprendido a ganar y lo haremos con el apoyo de nuestra afición. ¿Quién teme ahora al lobo feroz…?

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