Opinión | Crónicas lucentinas

Los Picapiedra

Rubén Perelló durante el último partido en casa

Rubén Perelló durante el último partido en casa / Jose Navarro

La LEB Oro, primera FEB o segunda categoría del baloncesto español debería llamarse Piedradura, como aquella ciudad ambientada en la prehistoria donde vivían los Picapiedra. Los 18 equipos llevan seis meses picando piedra y trabajando duro para sobrevivir en este universo competitivo en que los dinosaurios de la categoría se enfrentan a los mamuts recién llegados y todos luchan por sobrevivir. ¿Les parece exagerada la comparación con la Edad de Piedra? Deberían ver el marcador de cierto pabellón bautizado en honor a un famoso Pedro, y no precisamente Picapiedra. Tenemos un pájaro carpintero esculpiendo los resultados al final de cada cuarto. 

Lo cierto es que, con Pedro Picapiedra y Pablo Mármol, la vida en la cantera no parecía tan dura si tenías un dinosaurio para hacer el trabajo (cuantísima gente, después de ver aquellos dibujos animados, realmente creía que los humanos y los dinosaurios habían llegado a convivir). El caso es que sesenta años después de la serie de televisión, aquí en Alicante nuestro HLA lleva toda la temporada cincelando el bloque y poniendo piedra sobre piedra para poder salir del pozo de la primera FEB. Después de 25 jornadas, el Lucentum ha podido abandonar, por fin, la caverna del descenso como primer paso para luchar por permanecer en la categoría. Ganar fuera de casa y encadenar dos triunfos seguidos ha sido providencial para mantener la esperanza de la salvación. Ahora que hemos cogido velocidad de troncomóvil, es el momento de sumar la tercera consecutiva este fin de semana contra Menorca en casa. Ya saben que Kevin Larsen es la piedra angular del equipo, el MVP de la liga con camiseta lucentina, pero no pierdan de vista a Roger Moute a Bidias porque en cualquier momento puede hacer un “Vilmaaaa, ábreme la puertaaaaa…” y sorprendernos bajo el aro. Menudo partido hizo el otro día en Zamora el camerunés. Y me juego una brontohamburguesa a que algún otro lucentino nos dejará de piedra este sábado con su puntería frente a Arteaga, Llorente y compañía. Ojalá este encuentro en casa sirva para apuntalar la permanencia y podamos salir del pabellón Pedro Picapiedra gritando ¡yabba dabba doo!

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