Opinión | Salí de casa con la sonrisa puesta
Usa las redes sin enred@rte

Usa las redes sin enred@rte.
Leí el otro día un informe según el cual, el 58% de las compañías consultan las redes sociales de un profesional antes de contratarlo. Suponen una de las primeras tomas con los candidatos, y son una herramienta fundamental en el proceso de selección para optar a un trabajo. Incluso me han contado que también se hace para la visa de EEUU.
Y es que, a golpe de tecla, tenemos mucha información, y lo peor del asunto es que se trata de información sensible. ¿Te parece poco ético? Pero, amigo lector, si lo hacemos todos, miramos en Google cualquier cosa que queremos averiguar, porque es fácil, rápido y barato. Aunque no vendría mal recordar el contenido del artículo 18 de la Constitución: "se garantiza el derecho a la intimidad personal y a la propia imagen". Ahora bien, ¿es aplicable si lo publicas "en abierto"? Según el TSJ andaluz, si las fotos son de libre acceso y no requieren contraseña, no hay vulneración de la intimidad. Porque si exhibes tus noches de excesos, tus maneras de ver la vida, ideas políticas y religiosas, alegremente, pues tal vez no gustes a tu empleador. El cine nos enseñó, en Casablanca, como Humphrey Bogart decía: "siempre nos quedará París". Porque el pasado nadie te lo puede quitar... y si los errores que cometiste están grabados, tienes más problemas que un libro de matemáticas.
Lo grave del asunto es que es probable que demuestres incoherencia entre lo que dices en la entrevista laboral y lo que publicas. Por no mencionar que tal vez cometas faltas de respeto intolerables a ojos de un tercero. En definitiva, no representes al dicho: "haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago". Por no hablar de la obsesión que tiene la peña por publicar fotos súper bonitas, y absolutamente perfectas, que no son reales, complicándose la vida para que salgan chachi piruli, dando una imagen súper guay que no existe.
Amigo lector, no te digo que no publiques nada, simplemente, que seas coherente con la imagen que quieras dar. Y en vez de enseñarnos cómo haces el cabra (que puede ser más peligroso que no reírle un chiste a Putin), mejor remite algo que sea interesante, que resalte tu talento, o tus habilidades sociales o profesionales. Nietzsche decía que los humanos tenemos el derecho a hacer lo que nos dé la gana, pero también el deber de aceptar las consecuencias. Mucha gente comete graves imprudencias únicamente para divertirse, y, lo peor, las sube a las redes, sin tener en cuenta los posibles resultados negativos, que son más imprevisibles que un francotirador con hipo.
No es que las redes sustituyan una entrevista cara a cara, porque hay gente que recurre al postureo, y, cuando las conoces en persona, parecen, valga la redundancia, otra persona. Eliminar a un candidato, porque aparezca en una foto bailando desmadradamente, es un tanto burdo y simplista, está claro que todos hemos hecho el tonto (en mi caso, ni te cuento las veces). La ventaja de los que peinamos canas es que, como hace años no había redes sociales, no hay registro de nuestras imbecilidades. En un mundo ideal, al reclutador no tendría que importarle lo que hace uno fuera de su horario laboral, es más, según mi modesto criterio, es un espionaje de muy bajo nivel. Pero es que no vivimos en ese mundo, y, por desgracia, una noche de excesos podría arruinar la objetividad del procedimiento de evaluación. Y es triste hacer leña de árboles que ni siquiera llegaron a crecer.
¿Qué conclusión deberías de sacar de este artículo? Que es importante ser coherente entre lo que se dice y lo que se hace. Amic meu, en la història de la teua vida, el narrador eres tu. Y te lo cuenta uno al que, en muchas ocasiones, le es aplicable aquello de: "consejos vendo, que para mí no tengo". Y, como no tengo redes sociales, en poquitas cosas me van a pillar. Piensa que las redes sociales son un mundo paralelo donde, si no estás dentro de él, no te vas a enterar de nada, y te va a dar exactamente igual lo que allí se diga. Twitter te hará creer que eres más sabio que el catedrático de la Universidad de Alicante Manuel Desantes Real, Instagram que sabes hacer fotos como si fueras Rafa Arjones, y Facebook que tiene más amigos que Roberto Carlos (el cantante, que no el futbolista). Amigo mío, sé prudente: usa las redes... sin enred@rte.
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