Opinión | El teleadicto

Cayetana

La presentadora Cayetana Guillén.

La presentadora Cayetana Guillén.

A Cayetana Guillén cuervo le gusta estar en el plato y en las tajadas. En mi pueblo emplean esa expresión popular para definir a quien no hace ascos a nada y gusta de contemporizar incluso en extremos opuestos. Esto le ha ocurrido a Cayetana Guillén Cuervo, flamante presidenta de la Academia de las Artes Escénicas de España, que el día 12 de mayo tenía su noche de gala con motivo de la edición de los Premios Talía.

Pero los hados no le fueron favorables y a punto estuvieron de jugarle una mala pasada. Porque tres lunes antes de esa gala falleció el papa, dos antes se produjo un apagón y justo el lunes anterior a que toda la profesión teatral se reuniese a celebrar su fiesta Cayetana Guillén Cuervo ejerció de anfitriona del gran desfile de presentación de La familia de la tele.

Lo dicho. Por un lunes de diferencia Cayetana no tuvo que salir pitando desde el desfile de la diversidad hasta la alfombra roja de sus cotizados premios Talía. Lo cual habría sido posible porque no olvidemos que hace más el que quiere que el que puede. Y Cayetana quiere mucho, muchísimo. No lo disimula en absoluto. Solamente hay que verla en Atención obras, un programa hecho a su medida, en el que derrocha palabras de elogio a sus invitados, los enjabona a fe, en lo que sin duda resultan sesiones terapéuticas para ello.

La cuestión de fondo tiene origen evangélico. ¿Se puede servir a dos señores, a Dios y al dinero? ¿Se puede abanderar la Academia de Artes Escénicas por la noche y a la familia de la tele por la tarde sin volverse loco? También cabría preguntárselo a otra presidenta de la Academia, la de Televisión, María Casado. Véanla presentando informativos y me cuentan.

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