Prejuicios a mansalva

Santiago Requejo ha sabido sacar partido a su obra, que tras ser una obra de teatro y un multipremiado cortometraje ahora ve su versión como largo. Votemos es una inmersión en las reuniones de las comunidades de vecinos. El tema ha dado mucho de sí en la ficción, y si no que se lo digan a los autores de longevas series televisivas.

Lo que diferencia a Votemos del resto es que en este caso hay moraleja y un denostado esfuerzo por solidarizarse con una causa. Quien esté libre de prejuicios que tire la primera piedra. Ese es el lema con el que pareció trabajar Santiago Requejo cuando esbozó los bosquejos de la función.

Un reparto coral, muy entonado, hace el resto. La verdad es que Votemos es un divertimento muy oportuno, que no oportunista. En el crisol de personajes vemos reflejados a los distintos temperamentos que podemos encontrar en los propietarios de nuestra propia finca. Es inevitable que Requejo incurra en el estereotipo, pero el resultado bien merece la pena.

No sería justo resaltar una actuación por encima de otra. Aunque la de Charo Reina, por su expresividad, enseguida se queda con la platea. Pero todos aportan su nota adecuada para que el concierto suene bien. Da gozo ver a veteranos como Tito Valverde, siempre tan eficaces. O comprobar lo bien que madura frente a las pantallas Clara Lago. Preferimos no descubrir la almendra que encierra Votemos. Una obra de cámara que se disfruta y hace pensar.