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Necesita la estabilidad de una moción de confianza

El Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez.

El Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tiene una responsabilidad política “in vigilando”, es decir no ha controlado suficientemente a las personas designadas por él para puestos tan importantes como la secretaría de Organización del PSOE o el Ministerio de Transportes y Comunicaciones desde donde se habrían realizado contratas injustificadas y cobrado comisiones por las adjudicaciones. Probablemente la justicia pedirá cuentas no solo a Ávalos, Cerdán y Koldo García, sino también a algunas de las personas encargadas de la contratación en el ministerio citado. Por cierto, ¿era Koldo un confidente de la Guarda Civil?

Esta situación es ideal para presentar una moción de censura por parte de la oposición. El PP no se atreve porque constitucionalmente sólo se puede presentar una en cada legislatura y Feijóo temerá quedar sometido a las acometidas de Isabel Díaz Ayuso en vísperas del Congreso que tienen en julio, y también durante los próximos dos años, eso por una parte; por otra, tienen los juicios en la Audiencia Nacional de la Kitchen que incluye la financiación irregular del Partido Popular; los de la Púnica y los de la Policía Patriótica que se celebrarán como mucho de aquí a un año y medio. Están en Instrucción los de González Amador, el compañero de la presidenta madrileña, y los de las residencias de mayores de Madrid en sendos procesos de instrucción. Y el de la dana, entre otros. Los próximos juicios serán utilizados como arietes por los dos líderes en su enfrentamiento por la presidencia del Partido Popular. En eso los dos parecen haber tenido la mejor escuela. La estrategia de disputar el territorio electoral a Vox es un error, los electores prefieren el original a la copia y, sin embargo, una derecha moderada tendría excelentes argumentos frente al trumpismo hispano del que hace gala Abascal. De ahí su estancamiento en los sondeos y su falta de liderazgo democrático, aunque la presidenta Ayuso tenga un liderazgo carismático populista capaz de competir con Abascal.

La Constitución dice en su “Artículo 112. El presidente del Gobierno, previa deliberación del Consejo de Ministros, puede plantear ante el Congreso de los Diputados la cuestión de confianza sobre su programa o sobre una declaración de política general. La confianza se entenderá otorgada cuando vote a favor de la misma la mayoría simple de los Diputados”. La cuestión de confianza se presenta sobre un programa o sobre una declaración de política general, que Pedro Sánchez debería consensuar con Sumar, y los partidos de la coalición, para los dos años que quedan de legislatura e integrar temas de los partidos regionalistas como el PNV o Junts y Esquerra. Una cuestión de confianza que incluyera la reforma de la justicia, la jornada laboral, las lenguas cooficiales, el presupuesto de 2026, etc… Tiene la ventaja de que al requerir solo la mayoría simple permite que determinados grupos se limiten a abstenerse y no sea necesario su voto. La petición de perdón sin duda era necesaria, pero rearmarse para gobernar dos años más requiere, en mi opinión, superar una moción de confianza, para recuperar credibilidad.

En el barómetro del CIS de este mes la estimación de voto da al PSOE el 34,3 % de los votos válidos, 7 puntos más que al PP. Vox obtendría un 13,2 %. Sumar el 7,0 Podemos el 4,2. El PSOE mantiene una tendencia ascendente que probablemente se haya frenado o truncado tras los últimos acontecimientos y para una futura mayoría de izquierdas el único obstáculo importante a la vista es la división entre Sumar y Podemos. Si los partidos a la izquierda del PSOE llegaran a una coalición electoral, al menos, la izquierda volvería a ganar ampliamente. Desde las europeas de 2014 el bipartidismo que caracterizó la transición ha desaparecido. Los dos partidos mayoritarios necesitan de los correspondientes a su derecha o izquierda para poder gobernar. Entre los partidos regionales la derecha cuenta con UPN (0,1 % de votos estimados), Coalición Canaria (0,4); en el “centro” Junts (1,1), PNV (0,6); mientras que la izquierda contaría con Esquerra Republicana (1,4), BNG (0,6), EHBildu (1,2). Aunque en porcentaje de voto estimados parecen pocos tienen una importancia decisiva en escaños, la presencia de partidos periféricos plurinacionales y de carácter transversal son necesarios para aunar una mayoría estable en diputados. El PP no parece entenderlo, ni Feijóo, que gobierna en coalición en Canarias, ha sabido ayudar a los isleños en el tema de los menores inmigrantes; tanto él como Ayuso se han opuesto de hecho a la cooficialidad de las lenguas nacionales en la Unión Europea; Ayuso ni siquiera las acepta en la Conferencia de Presidentes. Sin los partidos regionalistas difícilmente tendrán mayoría en las Cortes.

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