Opinión

¿Es posible la jubilación voluntaria?

¿Es posible la jubilación voluntaria?

¿Es posible la jubilación voluntaria? / INFORMACIÓN

La jubilación es un momento de la vida que muchos ciudadanos están deseando alcanzar después de una larga trayectoria laboral tras la que quieren descansar y aprovechar el tiempo que tienen, que es todo el día, para dedicarse a otras actividades que no pudieron hacer mientras desempeñaban su actividad laboral.

Es lógico y humano desear que llegue un momento en la vida en el que se pasa de la rutina de realizar una actividad laboral a otra en la que no se trata tampoco de no hacer nada, sino de hacer otras actividades que no se pudieron hacer por imposibilidad de llevarlo a cabo cuando se desempeñaba una concreta actividad laboral.

Ahora bien, en este terreno es también necesario introducir la libertad de los ciudadanos, que también en muchos casos puede que no deseen dar un paso al lado y dejar de trabajar, sino que puede que mantengan vivo el deseo de seguir desempeñando el trabajo que han estado realizando toda su vida, porque se encuentren bien de salud y estén con ganas, todavía, de realizar el trabajo que llevaron a cabo, y, además, correctamente. Y en el terreno de las libertades tan legítimo es querer jubilarse como no querer hacerlo, sin que deba considerarse que una opción sea mejor que la otra, porque ambas son admisibles y legítimas.

Por ello, es también justo mantener el derecho y deseo de muchas personas que no desean que se les separe de su puesto de trabajo cuando llegue una determinada edad, que es lo que está ocurriendo con la jubilación forzosa. Porque hay que tener en cuenta que existen muchas actividades como son, por ejemplo, la de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, la profesión médica, la enseñanza, o el desempeño de un puesto en la función pública, como puede ser, entre otros muchos, en la Administración de Justicia, en la que se produce una jubilación forzosa cuando el afectado todavía está en disposición de hacer frente a sus obligaciones, pero de las que se le separa simplemente por haber alcanzado determinada edad. Es injusto, pues, que se separe de su trabajo de forma obligatoria a un médico, un policía, un profesor, un juez, fiscal, forense, LAJ, inspector de hacienda y tantos otros funcionarios públicos que desearían seguir desempeñando su puesto de trabajo, pero no se les deja hacerlo. Simplemente, porque llegó el día de su cumpleaños y la forma de “celebrarlo” es decirle que ya no puede seguir trabajando más, pese a que podría hacerlo por sus condiciones físicas, de salud, y de preparación u capacidad que es indudable que las sigue teniendo, e, incluso, ha perfeccionado.

De esta manera, debería abrirse el debate sobre la posibilidad de mantener a personas que así lo desean, realizándoles, sin embargo, un mínimo control de salud para comprobar que el mismo es correcto para que puedan seguir desempeñando su actividad laboral, como podría ser una especie de reconocimiento médico que se hace de igual manera para la renovación del carnet de conducir.

Pero es cierto que frente a la libertad de querer jubilarse, incluso algunas personas de forma anticipada, porque ya han llegado un punto que no desean continuar su actividad y reúnen las condiciones para la jubilación, también concurre la libertad que debería existir de querer retrasar la fecha de jubilación, permitiendo la prolongación de la vida laboral en aquellos que así lo deseen, porque bien es cierto que también desde el punto de vista de la salud mental, realizar una actividad que te gusta hacer permite que la mente siga funcionando, y que por la elevada preparación y formación de la persona que así desea continuar en su actividad, pueda prestar un gran servicio a la sociedad en algunas materias en las que se precisan, no solamente especialistas, sino también personas debidamente formadas y con una experiencia sobrada, que pueden hacer un importante papel en su actividad prolongándose el desempeño de su trabajo .

Así, no se trataría de que tuvieran que realizar una exigente actuación física, pero sí que existen muchas actividades, como hemos dicho, como la médica, educativa, o muchos desempeños de actividad funcionarial, en la que la experiencia es un valor a tener en cuenta en la calidad del trabajo que estas personas pueden prestar mientras se mantengan las condiciones mínimas de salud.

No debemos olvidar el gran servicio a la sociedad que todavía pueden prestar personas que son capaces todavía de rendir en su trabajo. Y de hacerlo muy bien, porque resuelven el problema de forma rápida y eficaz, dado que reúnen experiencia, formación, capacidad, y lo que es más importante hoy en día, como es la “actitud” para seguir levantándose todos los días a prestar un servicio a la sociedad.

De esta manera, la jubilación voluntaria la podemos enfocar, también, bajo la perspectiva de agradecimiento a quienes quieren seguir sintiéndose útiles, y para que la sociedad pueda seguir disfrutando de los mejores en sus puestos de trabajo si ellos quieren seguir.

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