No. No es una frase en valenciano. No se refiere a «la pelota de los chicos», como habría dicho mi abuelo. Es una frase que actualmente tiene, o debe, ser comprendida por cualquiera.

La gente moderna. Los integrados, como se les llama en sociología, han decidido que, para no tener que referirnos a los chicos y chicas diciendo chicos y chicas, utilicemos una nueva palabra escrita con equis (chicxs) que es, por cierto, una falta de ortografía porque a la x hay que ponerle dos vocales a cada lado, dado que el sonido de la x afecta a la vocal de la que viene y a la vocal a la que se dirige. Han decidido inventar «chicxs» para referirse a chicos y chicas a la vez con una única palabra. Una única palabra para referir a ambos sexos. Ellos dicen que de esa manera ahorramos economía en el lenguaje y evitamos confusiones, es decir, unificamos. Puede que tengan razón. Economía del lenguaje.

La palabra Piloto se utiliza para designar a (según la RAE): «Persona que gobierna y dirige un buque en la navegación». Palabra clave, Persona. De ahí que digamos: «…el piloto de aerolíneas; la piloto de aerolíneas o el piloto de fórmula uno; la piloto de fórmula uno». Estas personas integradas, estos «modernos», han decidido también que a la palabra Piloto le faltaba «algo». ¿Una única palabra para referirse a ambos sexos? ¡Ni hablar! A esta palabra le faltaba una letra a para poder así diferenciar su designación hacia hombre o mujer, masculino o femenino, macho o hembra… Creando así una palabra nueva (y moderna) que antes no existía, ¡Pilota! Y seguramente porque no hacía falta. Ahora tenemos dos palabras para designar a una misma categoría profesional. ¿Economía del lenguaje?

Como parece ser que tenemos prisa, y necesitamos economizar el castellano con urgencia, a las palabras: traje, uniforme, vestuario, equipamiento, etc. Le incluimos también, para ahorrar confusiones, la palabra Outfit, que viene del inglés. Lo mismo sucede con las palabras compañero y compañera a las que, para ahorrar confusiones, les hemos adjuntado la palabra Co-worker. Y yo mismo creía ser jugador de videojuegos y resulta que soy un Gamer, un Coach y un Influencer. Los integrados, los chicxs, los modernos, están allanando este mundo y dejándolo plano (como insinúan algunos en Youtube) para ahorrarnos a los demás, confusiones. Ergonomía del lenguaje.

Todo cambia… Todo se mueve… Incluso los continentes. Esa montaña de la que estás enamorado; ese valle por el que paseas, hace millones de años no existía, y con toda seguridad, dentro de millones de años habrá desaparecido. Pero ¿verdad que la lógica, el sentido común, nos dice que hay que cuidar ese valle? ¿Le prenderíamos fuego? Total… sabemos que dentro de millones de años no va a existir debido a la tectónica de placas que sume al planeta en una lenta, pero justificada, renovación de su corteza terrestre. La mayoría hemos comprendido que te tenemos que preservar ese valle para las generaciones venideras. Sin racionalizar el porqué.

Igual que se están «mejorando» los océanos con plástico y (la mayoría) sabemos que tenemos que actuar deliberadamente en pro de no llenar el mundo de basura, ¿por qué estamos llenando nuestra lengua castellana de anglicismos innecesarios y, acrobáticas invenciones, para solventar problemas que no teníamos?

Internet, las Redes Sociales, los canales de información masivos como Youtube, Instagram, etc. Están creando lo que Arturo Pérez-Reverte llamó en una entrevista «Ruido contradictorio». Ese «ruido» nos está enturbiando y ese «contradictorio» nos está llevando a cometer actos de muy dudosa estética y dudoso objetivo dado que estamos creando soluciones a problemas inexistentes.

Inventar nuevas palabras, casi a diario, cuyo significado al ser explicado a personas que ya aprendieron su lengua décadas antes de que sus perturbadores nacieran es, sencillamente, descorazonador.

A nadie tenemos que explicarle que significa la frase «Me he comprado un traje para ir a la reunión de trabajo con mis compañeros» pero a la mayoría de la gente sí tendríamos que explicarle qué significa la frase «Me he comprado un outfit para ir al workshop con mis co-workers»

¿Y qué puedo hacer yo? Expresarme en mi lengua.

El uso abusivo de anglicismos innecesarios y «palabrejas» va a dar lugar a una nueva lengua universal que se hablará en todo el mundo al unísono.

¡El Desesperanto!

No me toques las pilotas, que bastante tienen ya las pobres con cobrar menos.