El neoliberalismo y los ultraconservadores de han constituido durante 40 años, en España, en la nueva fábula de Christian Andersen, de ‘El traje nuevo del emperador’: Se disfrazan con una túnica inexistente de Democracia, para realizar, impunemente, sus despóticas decisiones.
Para ello, han contribuido inmensamente, el neo-liberalismo y el neo-conservadurismo, ocultando su cara realmente clientelista, correligionaria y, diría que, autoritaria.
No nos engañemos, la policía, el ejército, la judicatura, el alto funcionariado y los medios de comunicación – impulsados por una premisa, de control absoluto, fundamental del neo-liberalismo – han propiciado la ruptura del principio del capitalismo: Los mejores son los que llegan a los mejores puestos. Pues no, aquí no es así.
Aquí se encaraman a los mejores puestos, pagados por todos y los de mayor responsabilidad: A los correligionarios, a los ‘amiguetes’, a los familiares, sin importar si tienen la cualificación, la destreza o la inteligencia necesaria.
No se puede llegar a otra conclusión de que vamos hacia el estancamiento, la desazón y la desmotivación de la población, a largo plazo.
Como decía Tony Judt en su libro ‘Algo va mal’: La desigualdad es corrosiva. Corrompe a las sociedades desde dentro. El impacto de las diferencias materiales tarda un tiempo en hacerse visible…
Que no se den por aludidos esos Micro-empresarios que se parten la cerviz para pagar los impuestos, dar trabajo y conseguir pedidos cada mes para que su empresa no pare.
Aquí me estoy refiriendo a esos ‘Chupópteros’ que se han instalado en los ‘Grandes Puestos’, que les llueven beneficios, sueldos o sobres bajo manga, que al final salen de nuestros bolsillos sin el menor esfuerzo y simplemente porque son correligionarios, ‘amiguetes’, o familiares sin ninguna cualificación ni eficiencia para optar a esos puestos.