Cuando no pudimos acudir al futbol en los estadios por causa de la pandemia todos lo entendimos.

Cuando después de muchos meses abrieron los estadios con aforo limitado también lo asumimos porque había que ir poco a poco.

En estos momentos, cuando alguien toma la decisión de permitir un aforo del 60% en los estadios de equipos que militan en categoría profesional y un porcentaje mucho menor en los equipos de categorías inferiores, sin tener en cuenta por supuesto la incidencia Covid ni la capacidad del estadio, solo me cabe pensar una cosa, que esa persona no reúne las competencias necesarias ni la equidad suficiente para ostentar dicho cargo.

¿Qué clase de criterio se está aplicando? Queda claro. A los equipos profesionales que tienen más ingresos y cobran buenas cantidades por derechos televisivos hay que protegerlos y al resto de equipos, que son precisamente quienes más necesitan esos ingresos, se les restringe de manera arbitraria el aforo.

Lo dicho ni lo entiendo ni lo entenderé. Y no soy el único. Están a tiempo de rectificar.