En estos tiempos modernos, parece ser que los partidos políticos se han olvidado de su ideología, solo se mueven entorno a las técnicas que les ofrecen tres palabras, consulting, demoscopia y marketing, para vender su marca y obtener el poder.

Ocurre que con frecuencia meten la pata, como en la convención del PP, presentan como modelo a un expresidente francés condenado por sus tropelías, a un famoso escritor el cual cree que la democracia y la libertad solo son viables si gobiernan los de su clase, que la democracia y la libertad es un capricho que ellos los privilegiados nos conceden, puede que la técnica del carrete le secara la sesera, para rematar el señor Casado se lía y miente con Clara Campoamor y el partido socialista, luego lanza un batiburrillo de promesas, todo un dislate, solo le basto decir que nos dará una casa junto al mar, con un bancal, un jardín con palmeras y flores y una persona a la que amar.

Estas técnicas electorales solo tienen una finalidad, engañar a una parte del electorado, que es el más iluso de todos los tiempos, que solo quiere oír frases huecas, incapaces de pensar por sí mismos y aprender a juzgar, no quieren verse obligados a pensar, les importa poco que todo sea una farsa, solo quieren creer en ella y en el farsante.

Vivimos con las hipocresías, falacias, deslealtades, irrealizables utopismos y en un patético engaño que realizan una buena parte de nuestra clase política, tiempos de políticos grises con una oposición obscena y ominosa. 

Debemos de conservar nuestros sueños intactos por lograr un mundo mejor y más justo, donde prevalezca lo colectivo ante lo individual, en este mundo con muchos cerdos revolcándose en el lujo, mientras otros viven hundidos en la explotación y en la miseria.