Encontrar un trabajo digno siendo joven es lo más semejante a una búsqueda del tesoro en la vida real. Eso se debe a que la situación que nos encontramos cuando salimos al mercado laboral es bastante vergonzosa y los requisitos para conseguir un puesto digno son inalcanzables.

El hecho de ser inalcanzables se debe a la experiencia laboral requerida. Después de acabar nuestros estudios obligatorios, los jóvenes nos pasamos cuatro o cinco años en la Universidad para poder ser titulados. Durante estos años, nuestra corta experiencia profesional se basa en trabajos temporales o a media jornada que, en la mayoría de los casos, tienen poco o nada que ver con el sector donde queremos acabar trabajando.

La sorpresa viene cuando, al acabar nuestros estudios, nos encontramos que en todas las ofertas de trabajo se requiere una experiencia de dos, tres o incluso más años. Todos quieren personas jóvenes, formadas y con experiencia, pero ¿cómo vamos a conseguir esa experiencia si nadie nos brinda la oportunidad de empezar desde cero?