Fabián Picardo, que vive en la urbanización de lujo de Marbella, llamada Soto Grande, sin ninguna clase de protesta de los andaluces, por tener en su tierra un demostrado enemigo de España, sí aquel que mandó tirar en aguas jurisdiccionales españolas los grandes bloques de hormigón, para que no pudiesen faenar en esa zona los barcos de pesca de la Línea de la Concepción, el que le contestó a un ministro de exteriores que Gibraltar nunca sería español, y que así también le contestaron al Rey Felipe VI que como buen español reivindicó Gibraltar cuando visitó a la Reina Isabel II de Inglaterra. El inefable Picardo que siempre insulta a España y ningún gobierno socialista ha sabido hacerle callar la boca. Ahora en otro nuevo robo de aguas jurisdiccionales españolas construyen torres gigantescas de viviendas, y preparan otro megaproyecto, sin que el Gobierno de Sánchez haya hecho protesta alguna. Parece ser que se perdió la gran oportunidad de decidir sobre el Peñón de Gibraltar y de España, cuando la Unión Europea y a tenor del Brexit, nos dio carta blanca de su última decisión sobre lo que los hijos de la Gran Bretaña pondrían como cuestionable sus decisiones sobre Gibraltar. Todos sabemos que Gran Bretaña cuando le conviene hace caso omiso de las resoluciones de la ONU, pero cuando a ellos les atañe si apelan a este organismo, como cuando el buque iraní retuvo a un barco inglés. Lo chocante es que además de no hacer caso a la resolución de la ONU de la devolución de la colonia gibraltareña a España, mantiene su chulería con amenazas de utilizar su armada para no devolver la Roca. ¡Vaya cultura democrática que dicen tener! Los sucesivos gobiernos de España ya deberían hace mucho tiempo haber llenado de empresas todos los terrenos que lindan con Gibraltar y haber dado trabajo a los cientos de personas españolas que actualmente siguen hiendo a trabajar a Gibraltar.