Como humilde escritor, deseo plasmar mi tristeza por el fallecimiento de la escritora Almudena Grandes, quien en la madurez de la vida era capaz de llevar a cabo cuantas acrobacias de su imaginación sus novelas y escritos presentaban a todos los lectores. El eco de los recuerdos en su mente, nos han dejado una larga lista de trabajos de cuanto bullía en ella y en su corazón. No conocer, como es mi caso su trayectoria literaria, no es óbice para que haya sentido su irreparable pérdida, con lo cual me allego a decir, la soledad en que nos deja es importante. Me enteré de esta desgracia en la tarde otoñal, conduciendo por una autovía en penumbra, y me impactó.

Viendo la prensa, descubro este calamitoso y descalabrante tweet de Vox en Vicálvaro acerca de la muerte de Almudena Grandes, y me ha dolido, pues me parece gratuito, indecoroso y maledicente: Con odio has vivido y con odio has muerto. Entraña tanto desprecio y sentido de revanchismo político hacia el ser humano que Almudena era, que duele que esta clase de personas que supuran odio y pasiones desmedidas, desaforadas y de una etapa patria que debiéramos olvidar, puedan hacer esto. Están tan embebidos por su radicalismo extremo, que parece que no les importa ni la muerte de un semejante.

En fin, no es día de rezumar desprecios hacia esa formación política, ni de hacerse eco de sus goznes herrumbrosos repletos de miseria, es momento de acompañar a esta escritora a quien recordaré por sus diversas apariciones televisivas donde en sus entrevistas dejaba huella indeleble no sólo de su escritura, también de su rectitud de ideales y firme determinación ante la vida. Recuerdo la sonriente expresión que acompañaba a sus palabras dándoles empuje realista de las cosas. Era un encanto. Descanse en paz.