Muchas son las ocasiones en las que se escribe para despedir a personas singulares de las que pueblan nuestras ciudades. Por lo general se trata de gentes que han pasado por su historia, marcándola y haciéndola grande, dejando un legado para la posteridad y pasando el testigo a los que seguro que seguirán sus pasos.

Pues bien, Rafael Ramos es uno de ellos: historiador y arqueólogo, por origen y por vocación, pedagogo desde la Universidad y en cualquier foro, en que se le reclamase, desde el Museo a la Alcudia, desde el Ayuntamiento, como arqueólogo municipal a su participación en el Misteri como Patrono. Siempre al pie del cañón defendiendo nuestras raíces, difundiendo el legado Ibérico, que nos hace visibles ante el mundo. ¡Simbólico es que se haya ido justo el día en que se pone en entredicho la vuelta temporal de la Dama a Elche!

Pero su figura trasciende de su dimensión pública, ya que Rafael, tuvo una dimensión humana enorme que solo aquellas personas que se acercaron a él conocen bien y en estos momentos recordamos, es el caso del Taller de Lectura Senior de la UMH. A él se acercó colaborando en todo lo que se le requirió: escribiendo en la Revista, dando un magnífico recital de guitarra y poesía acompañando a su buen amigo y compañero Ildefonso Mozas, una preciosa tarde otoñal; formando a futuros guías de la ciudad, dando charlas sobre Arqueología, visitando la Alcudia, acercándonos a nuestros orígenes, con una amabilidad y generosidad exquisita. Fueron aportaciones silenciosas, altruistas que agradecemos profundamente y que un día como hoy es de justicia hacerlas públicas, porque Rafael Ramos, por encima de cualquier consideración, se le puede aplicar esa definición machadiana que abarca todo lo que él representó “...Fue en el buen sentido de la palabra bueno..”