Cada año, el 9 de mayo se celebra el Día de Europa, en conmemoración a la declaración que ese mismo día del año 1950 realizó, Robert Schuman, ministro francés de Asuntos Exteriores, quien puso en marcha el proyecto de la Unión Europea, mediante esta declaración que se produjo cinco años después de finalizar la Segunda Guerra Mundial; un proyecto de Paz, estabilidad, solidaridad y democracia que con mucho esfuerzo ha consolidado la estabilidad en Europa de los últimos setenta y dos años. Un proyecto que ahora mismo está amenazado, por la invasión de Ucrania por parte del Dictador Putin y el ejército ruso; y aquí cabe reflexionar sobre las verdaderas intenciones del Kremlin, quien pensaba, como ya ocurrió con la anexión de la Península de Crimea, en el 2014, que ésta invasión sería semejante a aquella, es decir un paseo rápido y sin oposición, pero los planes de Putin se han venido abajo, pues no contaba ni con las resistencia de los ucranianos, ni mucho menos con la unidad de Europa. ¿Qué pasará por la mente de Putin?... dicen los expertos que en su locura pretende recuperar la Gran Rusia, y pasar a la Historia cómo el Gran Putin. En esa locura no ha reparado en sembrar el horror, el dolor de miles de civiles que se ven atacados y muertos en sus casas, en los hospitales, en las escuelas, etcétera, ha arrasado las ciudades como si de un huracán se tratara y quizás en su mente ronde la idea de destruir el proyecto europeo, que tanta tranquilidad y prosperidad ha traído a Europa. Afortunadamente la Unión Europea, al igual que hizo con la pandemia, está mostrando un frente común, respondiendo con unidad, solidaridad y rapidez en acordar las sanciones que debiliten a la economía rusa y así mismo lo ha interpretado EEUU, Biden ha visto una amenaza y ha comprometido millones en armamento para que los ucranianos puedan defenderse y mandarle un mensaje a Putin, de que Europa y la democracia está por encima de todos los sueños de los dictadores.