No negaré que no los he usado pero qué daño hacen.

Los filtros de las redes sociales se han convertido en un imprescindible en la mayoría de las personas que crean contenido, ya tengan más o menos seguidores. Sin ser conscientes, o por lo menos así creerlo, nos crean necesidades estéticas que, muy probablemente, hasta ahora no nos habíamos planteado.

Cara afinada, labios con más volumen, nariz respingona, ojos de otro color, ¡Hasta pecas en la cara!

Si ya es difícil desligarse de los estereotipos y los cánones de belleza estipulados, con este tipo de “herramientas” más aún.

Han sido varias las ocasiones en las que se ha hablado de esto y muchas influencers han reivindicado la naturalidad, sin embargo, prácticamente, siempre vuelven al uso de los filtros.

La aceptación de uno/a mismo/a es algo complejo y que afecta a la salud mental.

Quítate el filtro y quiérete como eres, no es fácil, pero será satisfactorio y así, serás realmente feliz.