Soy madridista, muy madridista y quiero compartir esta reflexión con todos los aficionados al futbol y con los que no lo son.

El sábado pasado el Real Madrid fue traicionado por un chico de 23 años que ha estado 9 meses jugando con los sentimientos de millones de seguidores de todo el mundo del mejor club de futbol del siglo XX y posiblemente también de lo que llevamos del XXI. Había dado su palabra, se había comprometido a jugar la próxima temporada en el “equipo de sus sueños de niño”, el Real Madrid.

Es verdad que no había firmado ningún contrato, pero también es verdad que en las conversaciones que periódicamente mantenía con el presidente del Madrid, seguía asegurando esa voluntad que manifestó públicamente en Septiembre de 2021 de fichar por el Real Madrid.

Estos días se nos ha tildado de ingenuos, sobre todo a Florentino, pero aquellos que lo hacen desconocen los valores del Real Madrid, donde el honor no es sólo una palabra de su himno y donde la nobleza, la confianza y el amor a su escudo es requisito indispensable para formar parte de este gran club.

También dicen muchos que donde las dan las toman, es decir que esto que nos ha pasado, es lo que hacen los grandes equipos con los pequeños, que se llevan a los buenos jugadores gracias al talonario, pero no se trata de esto. Mbappé podría haber rechazado la oferta del Real Madrid y con mucha pena por nuestra parte, porque es un gran jugador, hubiéramos buscado otro fichaje.

Se trata del valor de la palabra dada, se trata de cumplir tus compromisos. Ya estamos acostumbrados a ver en la política nacional e internacional a muchos mbappés que a conveniencia cambian sus compromisos por otros y no pasa nada. Sin embargo, a pesar de que el fútbol no es lo más importante de la vida de las personas, es un toque de atención a todos. Es necesario que se recuperen los valores, que los niños aprendan que tienen derechos, pero también obligaciones y una de ellas es respetar los compromisos que han adquirido con los demás.

Al final Mbappé ha demostrado que su sueño no era tan importante para él como los millones extra de euros que ha conseguido y que no tiene el amor por el Real Madrid que aseguraba tener.

No queremos tener otro Bale en el equipo, queremos a chicos que luchen hasta el final por esa camiseta que representa los sueños de muchos madridistas y desde luego no queremos que en 2025 nos vuelvan a utilizar para que la nómina de Mbappé se multiplique por no sabemos cuanto. El tren del Real Madrid ha pasado y no debe haber marcha atrás.

Ahora lo importante llegará el día 28 de mayo. Vamos a pelear por conseguir la 14ª copa de Europa y pase lo que pase ya no recordaremos a Mbappé. Hala Madrid ¡!!!!!