Siempre me ha llamado la atención la historia de este asilo de Benalúa, barrio que como cuenta el hijo de un buen amigo; que como en el caso del mío lleva el nombre y el primer apellido el mismo. En este caso Alfredo Campello, me he adentrado en su historia desde la cesión de los marqueses de Benalúa, un nombre recorre una avenida; que más bien parece una obsoleta travesía. Aguilera en honor al marques. Una vergüenza que enlace con el centro nuevo de la ciudad.

Pues bien, me limito a anexar el artículo publicado por Alfredo titulado: “El lento declive del asilo de Benalúa”.

Pero vamos a las historias rocambolescas que la han llevado hasta el punto posterior a la publicación citada en febrero de 2018, con él, al parecer fracasado intento de reconvertirlo en un hospital privado.

El caso los ancianos que paseaban y compraban en el barrio, fueron traslados a un punto entre el desierto y el lejano oeste, imagino que por deseo expreso no de dios, sino de sus administradores terrenales.

Hoy en día el inmueble es objeto constante de su expoliación y una vergüenza el estado de abandono actual, Aunque a nadie le puede extrañar el abandono de todo, porque la gestión municipal llevada a examen, no se puede calificar, pues habría que poner en el acta como. NO PRESENTADO.

Esperemos que los vecinos y su asociación constituida para salvar el Asilo y su necesario bien social no desfallezcan y a los grupos de la oposición que presionen para hacer trabajar a los; no se si decir responsables municipales. Mucho me presumo que si no se echa un lubricante tipo: 3 en 1, las bisagras rechinaran y mucho.

¡Alicante conserva tu patrimonio cultural y no olvides tu historia! Recuerda que quien pierde su identidad, pierde su dignidad.