Nunca me había afectado tanto la muerte de un famoso, pero no es la muerte de Aaron Carter, es la pregunta: ¿qué estamos haciendo mal?

El mundo sigue, la sociedad avanza a paso de gigantes en un alboroto de salud mental que va en declive y, mientras, nosotros seguimos impasibles. ¿Acaso no nos estamos dando cuenta de lo que de verdad importa?

La buena salud no debería ser un privilegio, debería ser un hecho. Pero ¿qué está pasando? Seguimos sin normalizar este tema, los médicos tienen cada vez más problemas y hay cada vez más personas con problemas de salud mental... Y me pregunto: ¿Llegará un momento que esto nos estalle? Lo más triste es que creo que, si no hacemos nada, sí.

La salud mental no es un juego, las personas con estos problemas deberían tener quien las proteja y ayude en el menor tiempo posible y con las mejores condiciones. Además, cuando una persona, mayor de edad, ya no puede controlar su vida, no hay que esperar, hay que poner remedio y, si eso implica que alguien tome el mando, quizá sea lo necesario.

Por suerte, a mí, como paciente, esto no me ha sucedido, pero ¿quién no conoce un caso así?

Dejemos de estigmatizar algo que es muy común porque el problema de todo esto es que pensamos que mañana todo irá mejor, pero en temas de salud mental, casi siempre, el mañana llega tarde si no se tiene la ayuda necesaria.