El ánimo y la falta del sexto sentido

Una inminente colisión entre nuestra galaxia y Andrómeda distorsionaría gravitacionalmente la banda brillante que caracteriza a la Vía Láctea: así se vería el cielo desde la perspectiva de un observador de estrellas.

Una inminente colisión entre nuestra galaxia y Andrómeda distorsionaría gravitacionalmente la banda brillante que caracteriza a la Vía Láctea: así se vería el cielo desde la perspectiva de un observador de estrellas. / Créditos: Z. LEVAY Y R. VAN DER MAREL (STSCI); Y A. MELLINGER/ESA/NASA.

Gabriel Barco Alonso

Que sensación tan agradable levantar la cabeza y mirar el celeste cielo. Infundiendo positividad en nuestro cuerpo y, sobre todo, en el alma. Cuerpo que no nos distingue del resto de los animales, de los que formamos parte. En el caso de alma o espíritu, lo tengo claro; eso no significa que, menos evolucionados, el resto de seres no lo tengan.

El aire que nos entra en los pulmones y nos da ese oxígeno necesario para la vida. Pero, al mismo tiempo, me recuerda que hay que hacer ese esfuerzo para no caer en pensamientos negativos, que tanto mal nos hacen, ese demonio que hay que expulsar para volver al necesario confort de los momentos pasados, presentes y futuros próximos.

De vuelta al origen, donde como el resto de los animales nacemos, indefensos ante un mundo desconocido para nosotros. Iniciamos con un llanto que abre nuestros pulmones a ese oxígeno minoritario, hay más nitrógeno que nos recuerda que, aunque dependientes, hemos iniciado nuestro viaje por el espacio y el tiempo.

Ahora toca poner en funcionamiento nuestra boca y gusto; al tiempo, algo aún poco perceptible se nos descubre la vista.

Por último, ese sexto sentido que los que llevan el timón han perdido. Entre vegetales: plaguicidas, pesticidas, abonos no naturales. Pescados: metales pesados; como el mercurio, microplásticos que llegan hasta los testículos. Carne: con antibióticos que hacen más resistentes las bacterias cuando los necesitamos y hormonas que están haciendo cambiar el balance hormonal. Mujeres con más testosterona, hormona sexual de los machos animales, entre ellos el hombre, que conlleva: agresividad, perpetuación, poder y dominio. Mientras en los hombres animales mamíferos simios humanos, esta está disminuyendo. Otro síntoma, mujeres cada vez con menos pecho y la infertilidad de ambos sexos; no solo por motivos económicos sino de esterilidad.

Desnaturalizándonos estamos abocados a la extinción, un apocalipsis cada vez mas próximo y en progresión geométrica.

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