Cartas

El alicantino no habla, canta

Los artistas alicantinos Funzo y Baby Loud.

Los artistas alicantinos Funzo y Baby Loud. / INFORMACIÓN

Jorge Selva Dorado

Siendo mi abuela toledana, una de las frases que siempre me ha repetido es que los alicantinos hablamos cantando. Nunca encontré la razón de ello, quizás un deje cómico curioso. No obstante, para mi sorpresa, tras abandonar durante un año mi hogar, empecé a escuchar ese canto al que mi abuela se refería.

El alicantino, a pesar de tener gran orgullo por su terreta, desconoce la propia Alicante, quizá por costumbre o quizá por necedad. Sin embargo, hay un sinónimo que se repite en las bocas de aquellos, sobre todo extranjeros, que sí saben escuchar nuestro mar: arte.

Desde Castaños, lugar donde vivió Gabriel Miró, hasta San Blas, barrio que ha visto crecer a Funzo y Baby Loud, el arte sigue caminando por las calles de Alicante en un agitado silencio al que cada vez más jóvenes se unen. Tanto poetas como cantantes, actores o pintores van cogiendo relevancia a escala local, e incluso nacional, llevando con ellos la marca alicantina. Incubados en bares artísticos como El Refugio y en lugares urbanos como el castillo de San Fernando, estos artistas no son conocidos por la propia Alicante adulta, pero sí por los jóvenes, quienes entienden que Alicante son ellos mismos y su arte.

Así pues, una nueva ola artística mediterránea está emergiendo entre la gente joven para definir como alicantinos lo que es Alicante. Más que una ciudad es un sentimiento que necesita el apoyo del resto para explotar en su máximo esplendor. Una inspirada forma de vida que no se expresa hablando, sino, como decía mi abuela, cantando.

Por tanto, si nos quitamos los tapones de lo ordinario, quizá consigamos definir juntos a nuestra ciudad, a nuestra provincia. Quizá podamos escuchar su canto.

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