TRIBUNA

Gracias, Amparo. Magnífica rectora

Amparo Navarro

Amparo Navarro / Héctor Fuentes

Emilio Soler

Emilio Soler

«…Dispuestos a seguir en pie porque la lucha continúa por un mundo mejor». – Pepe Mújica, presidente de Uruguay.

Muchos de nosotros, los abajo firmantes (y muchos más que se apuntarían si hubiésemos dispuesto de un poco más de tiempo), deseamos agradecer a la rectora Amparo Navarro la creación de ese maravilloso lugar de encuentro físico y disfrute intelectual que se constituyó como «Programa Sénior de la UA» y en el que se incluían a todos los trabajadores, PAS o PDI, que dejaron su fuerza de trabajo en nuestro campus y que no han sido olvidados en su despedida del mundo de la actividad universitaria.

Muchas han sido, y serán, las experiencias vividas dentro de las posibilidades que nuestra Rectora Amparo Navarro nos brindó a la hora de seguir trabajando por lo que sentimos, a pesar de que la sociedad crea, erróneamente, que nuestra hora de labor ha finalizado. Su iniciativa ha tenido una respuesta muy amplia entre los trabajadores jubilados de la UA, durante los años que lleva en marcha este programa se han desarrollado conferencias, visitas y viajes, así como una línea dedicada al mantenimiento físico saludable.

El empeño de este equipo rectoral, que ha terminado felizmente sus funciones y que aspira (aspiramos) a un nuevo mandato para terminar la labor ejecutada, ha representado para cientos de nosotros llevar adelante las bellas palabras de la biofísica Rosalyn Yalow, galardonada con el Premio Nobel en 1977 por su labor en el estudio de las hormonas: «Es la emoción del aprendizaje la que separa a la juventud de la vejez. Mientras usted esté aprendiendo, no tiene edad».

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