Cartas de los lectores

Las tristes almas de los «ignavos»

Vista del hemiciclo del Congreso de los Diputados

Vista del hemiciclo del Congreso de los Diputados / Gabriel Luengas / Europa Press

Antonio Alaminos López

Antonio Alaminos López

No se arregla esto ni con la aprobación de las 29 medidas del ahora «minibús», ni con hablar mucho de la IA «made in China», de la que desconfía hasta el apuntador, o «made in EEUU», que cuesta pasta entre otras cosas. Porque el personal piensa que sigue el mismo mensaje grisáceo marcando el futuro en cada noticia, en cada declaración. Una «Spain» consumida por la desesperanza, en cada cesión, en cada genuflexión. La vida cotidiana política subraya esta realidad. No es necesario seguir con una larga lista de ejemplos, es una escuela dura y realmente humillante.

En las cartas al director, ¿cómo se da cuerpo a una misiva basada en impresiones de desesperanza colectiva? Pues, a veces, hay que salir de nuestro país para coger el oxígeno del consuelo literario. Por ejemplo, en los escritos de Chesterton. En una ocasión describió la era de Charles Dickens como plagada de dificultades, pero Dickens eligió ver el mundo a través de la lente de la esperanza. Encontró la manera de infundir esperanza en las realidades más sombrías de la era victoriana. Por ejemplo, demostró cómo, incluso en la desconfianza, puede surgir la grandeza, aunque requiere valor, perseverancia y ánimo, que generan logros extraordinarios en algunos.

Así como Dickens infundió esperanza y confianza en sus personajes, permitiendo su transformación -véase el famoso Mr. Scrooge-, la sociedad debe esforzarse por inspirar y ayudar a los políticos a renovarse mediante la esperanza. Una inscripción podría colocarse en las calles. Diría: «Abandonad toda desesperanza, vosotros que entráis aquí». Lo contrario de lo que escribió Dante en la Divina Comedia para los que entraban en el infierno: «Abandonad toda esperanza, vosotros que entráis aquí». Virgilio inició así su explicación del lugar en el que se encontraban, el «anteinfierno», donde habitan las tristes almas de los «ignavos», los que en vida no hicieron ni el bien ni el mal por su elección de la cobardía. ¿Por qué no reformar la ley electoral? ¡Que nuestro país sea una circunscripción electoral única como estaba pensado hacerlo en los inicios de nuestra Transición Democrática! ¡Incluso con doble vuelta! Por decir algo...

Tracking Pixel Contents