Los sobresueldos del Instituto Juan Gil-Albert

El Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, junto al organismo Suma, se ha convertido en una de las principales fuentes de ingresos extraordinarios de los diputados provinciales que lo componen. Una entidad dedicada a la promoción de la cultura que reparte importantes retribuciones por asistir a sus consejos, la inmensa mayoría despachados en menos de una hora, en tono amable y sin ningún tipo de debate. Por normativa interna, el Gil-Albert tiene que celebrar mensualmente una reunión de su Junta Rectora, en la que, como ya avanzó este periódico, sus componentes, entre ellos diputados tanto del PP como de la oposición socialista, se embolsan nada menos que 300 euros por cada convocatoria. Es decir, unos 3.600 euros anuales por barba que se suma a nónimas que, como media, superan los 60.000 euros anuales por cabeza.

Pero el reparto de sobresueldos e indemnizaciones por asistencia de este organismo, cuyo presupuesto para dietas supera al de gastos de personal, al de inversiones e, incluso, también al de gasto corriente, confirmaron fuentes provinciales, no queda ahí. Al margen de la convocatoria mensual de la Junta Rectora -máximo organo de decisión del Juan Gil-Albert- cada quince días se celebra, con excepción del mes de agosto, dos reuniones de la permanente, una comisión de carácter más técnico que se encarga de dictaminar los asuntos que, posteriormente, se elevan a la rectora para que se tome la decisión definitiva. Pues bien, esa comisión permanente se reúne, con excepción de agosto, dos veces al mes a razón de otros 200 euros por cada sesión.

La presidenta de la Diputación y primera edil de San Vicente del Raspeig, Luisa Pastor; Mercedes Alonso, vicepresidenta y alcaldesa de Elche; y el diputado de Cultura y alcalde de Benissa, Juan Bautista Roselló son componentes de la Junta Rectora, con lo que se aseguran un mínimo de 3.600 euros anuales de ingresos extra. Pero, además, también son miembros de la comisión permanente con lo que pueden añadir, anualmente, ingresos a razón de 4.400 euros, 200 por cada una de las 22 convocatorias que se se celebran al año de ese organismo. Tanto Luisa Pastor como Mercedes Alonso y Juan Bautista Roselló cuentan con tres vías de ingreso: su nómina en el Palacio Provincial; las indemnizaciones de los organismos autónomos de la Diputación, como en el caso del Instituto de Cultura Juan Gil-Albert; y las retribuciones por asistencia que perciben en sus respectivos municipios. El popular Adrián Ballester, concejal de Redován, y la socialista Ana Belén Juárez, edil de Los Montesinos, son los únicos que han renunciado a los cobros en sus consistorios.

Fuentes de Presidencia de la Diputación confirmaron que, efectivamente, los diputados provinciales, incluída la presidenta, acuden a todas las sesiones de la Junta Rectora del Instituto Juan Gil-Albert, de la que recordaron, en este sentido, también forma parte la oposición socialista. Eso supone ingresos de 3.600 euros al mes. Como mínimo. Reconocieron que Luisa Pastor, Mercedes Alonso y Juan Bautista Roselló forman parte también de la permanente, con lo que podrían aumentar sus emolumentos hasta los 8.000 euros aunque, en todo caso, matizaron que no acuden a todas las reuniones de la comisión permanente y que participan "en función de la disponibilidad de agenda". Esta situación, en el fondo, abre el debate sobre si, al margen de su nómina, los diputados deben tener más ingresos.