Ximo Puig estrena «look» para las elecciones. El secretario general de los socialistas valencianos y candidato del PSPV a la Presidencia de la Generalitat ha dado un giro a su imagen. Así se puede comprobar en el cartel electoral que el partido comenzó a difundir ayer. Uno de los aspectos más llamativos es que ha desaparecido por completo la barba que ha venido luciendo hasta hace unas semanas. Pero hay más. El PSPV también le quiere promocionar con gafas nuevas... aunque no al natural. En la imagen que empezó a circular ayer por las redes sociales se puede apreciar que la fotografía está retocada con Photoshop. Puig posó para ella (sin arrugas) con corbata morada con motivos rojos, camisa blanca, chaqueta marrón y su anillo de casado, tal y como se puede apreciar en la parte superior.

Los socialistas, además, quieren cuidar hasta el más mínimo detalle de la imagen de su candidato. Y es que por primera vez en 20 años, el PSPV tiene opciones de arrebatar la Presidencia de la Generalitat al PP. Con los populares en claro declive, los socialistas valencianos van a echar el resto para que Puig asalte el Palau tras el 24-M. Su cambio de imagen incluso va a llegar hasta la ropa. Hasta ahora, el también diputado en el Congreso lucía americanas de tonos más oscuros, pero le han recomendado vestirse más de claro. Todo sea por arañar votos.

A la vez que comenzaba a circular por las redes sociales su nuevo look, Puig comparecía ante los periodistas para analizar la legislatura. En ese acto planteó al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, un debate para que los ciudadanos conozcan las propuestas de futuro y las posiciones de ambos. «El formato sería abierto y se podría realizar incluso antes de la campaña para que los ciudadanos tengan toda la información, porque es fundamental para la revitalización y la regeneración democrática», señaló.

Además consideró que la legislatura ha sido «fallida y un auténtico fracaso» porque «el PP ha hecho perder a los valencianos cuatro años muy importantes para salir de la crisis». «Es un balance negro que además se suma a la mancha de la corrupción que ha dilapidado la imagen de la Comunidad Valenciana», afirmó.