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Las mil y una vidas de Ángel Franco y el calvario socialista de José Chulvi

Los dos perdedores del congreso provincial, el exsenador y Alfaro, toman aire en las comarcas

Gabriel Echávarri y Ángel Franco. Jose Navarro

«El peor resultado de los posibles para José Chulvi». Así definió un importante dirigente socialista con cierta inquietud la correlación de fuerzas que salió de las primarias celebradas este fin de semana por el PSPV para elegir a sus dirigentes comarcales y la debilidad en la que se queda el nuevo secretario provincial. Evidencia, una vez más, de que el veredicto de las urnas lo carga el diablo. Más allá de la identidad de los ganadores de un proceso que, en la práctica, reparte pocas parcelas de poder en del PSPV pero que sí tiene mucho de autoconsumo y de medir el estado de fuerzas en la organización, estas primarias -todavía queda por delante la batalla por el control de las agrupaciones locales- trazan cuatro titulares nítidos y claros.

Primero. Los perdedores del último congreso provincial, Rubén Alfaro y el exsenador Ángel Franco, toman aire y se resitúan en el tablero. El alcalde de Elda coloca a Lorena Pedrero, una militante de su absoluta confianza, en el Medio y Alto Vinalopó. Y Franco tiene un sinfín de vidas. Nunca hay que descartarlo. Tras quedarse arrinconado, ahora controla las dos agrupaciones territoriales con más militantes: la Vega Baja con Manolo Pineda y l'Alacantí con Baltasar Ortiz. Esta última victoria se ha fraguado, precisamente, gracias en exclusiva al tirón de Franco en la capital. Hasta el punto que «Balti», el apodo del secretario de l'Alacantí, tendrá que dirigir un partido en el que siete de los nueve pueblos no le quieren. Sólo ganó por escaso margen en Sant Joan y con claridad en Alicante. Eso le servirá al exsenador para preparar ya el asalto de cara a mantener la asamblea local de la capital, su gran objetivo, como explicitó el alcalde Gabriel Echávarri al término de la votación en un tuit. Mezcla de declaración de intenciones, mezcla de ataque a los militantes críticos. «Los socialistas de Alicante vuelven a apostar por los compañeros que conseguimos gobiernos y alcaldías».

Segundo titular. De las dos patas de la nueva ejecutiva provincial, el «sanchismo» -aglutinado alrededor de Alejandro Soler- ya se ha convertido en el polo fuerte de esa dirección. De este proceso sale como alternativa en la Vega Baja y l'Alacantí, controlando la comarca de Elche, al mando en parte del Medio Vinalopó tras pactar con Alfaro y derrotando a Chulvi en la Marina Alta, su propio feudo. En esa derrota arranca el calvario del nuevo líder provincial. Tercer titular. Un jefe sin control sobre su territorio. El alcalde de Xàbia sale de este proceso con únicamente dos comarcas a su favor -la Montaña y la Marina Baixa-, con un «lobby» de dirigentes territoriales dentro de su ejecutiva en tanto que todos los secretarios comarcales son miembros natos y pendiente del calvario judicial que le espera con el periplo de la denuncia de Ciudadanos -ya hay preocupación entre cargos del PSPV- por su gestión municipal. El peor resultado y el peor escenario para Chulvi. Y cuarto. Mirada autonómica que afecta a Alicante. Ximo Puig derrotó a José Luis Ábalos, número tres del PSOE, en la ciudad de València. Puig, 2- Pedro Sánchez, 1. Siguiente parada de la batalla socialista: asambleas locales.

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