En boca cerrada no entran moscas, dice el refrán. Con esa premisa parecía que actuaban ayer ante las preguntas de este diario algunos de los principales dirigentes que permanecieron más cercanos al expresidente de la Generalitat Eduardo Zaplana durante su trayectoria política. Por lo general, prefirieron no hacer declaraciones públicas y mantenerse al margen -al menos frente a los medios de comunicación- ante la frenética mañana informativa vivida ayer con la detención del exdirigente del Partido Popular por blanqueo de capitales y delito fiscal, y los siguientes registros en varios inmuebles de su propiedad tanto en València como en Benidorm.

De los miembros próximos a Zaplana consultados ayer por este diario, el que más se explayó fue Carlos González Cepeda, el que fue delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana entre los años 1996 y 2000, y posterior conseller de Justicia y Administraciones Públicas con Zaplana al frente del Consell. «Hace mucho que dejé la vida política -precisamente en 2003, al año siguiente de que Zaplana abandonara la Generalitat- y no guardo relación con él tras su marcha a Madrid salvo por alguna llamada personal. Me he llevado una sorpresa porque aparentemente todos hacíamos las cosas bien, y si no lo ha hecho, ahí está la Justicia», precisó alejándose de la cuestión.

Por su parte, quien fue portavoz del Gobierno de Zaplana en su último tramo como presidente del Consell, Alicia de Miguel, manifestó que se encontraba «fuera del tema» y que por ello prefería no hacer declaraciones al respecto. En un sentido similar se expresó el exdiputado popular, exconseller de Industria, Turismo y Comercio (2003-2004) y exconseller de Empresa, Universidad y Ciencia (2004-2007), Miguel Peralta: «Hace muchos años que estoy fuera de esto y no tengo muy claro de qué va», adujo.

Más opacos se mostraron todavía los dos políticos del entorno de Zaplana consultados por este diario que todavía se mantienen en activo. La que fue secretaria general del PP en València y que actualmente es senadora tras su paso por la Secretaría de Estado de Igualdad y Servicios Sociales, Susana Camarero, declinó directamente hacer cualquier tipo de declaración. Mientras, uno de los últimos reductos del «zaplanismo» que queda como alcalde en la provincia de València, José Joaquín Segarra (Benaguasil), se remitió «a lo que digan los órganos del partido». Esos mismos órganos anunciaron ayer, precisamente, la suspensión de militancia de Zaplana en el PP.