Eduardo Zaplana creó la empresa pública Ciegsa en el año 2001 para hacer frente al déficit de infraestructuras educativas en la Comunidad Valenciana. El jefe del Consell y su gobierno vendieron que con mil millones de euros se podrían levantar 277 colegios, pero finalmente los juzgados investigaron la actuación de la firma pública -forma parte del conocido como caso Taula- por un sobrecoste supuestamente de mil millones de euros. Y todo ello con dos centenares menos de colegios llevados a cabo mientras no faltaba la construcción de complejos mastodónticos con inversiones a la par. Otra de las semillas que acabó en ruina, pero que se plantó bajo la presidencia de Zaplana, fue el agujero económico de RTVV, un hoyo que alcanzó la profundidad de 1.200 millones de euros que llevó al gobierno de Carlos Fabra a cerrarla por insostenible.

El camino lo trazó Zaplana en el año 1999. El PP cambió la normativa autonómica para la creación del ente público para permitir el endeudamiento de RTVV. El Consell utilizó la ley de Acompañamiento de los presupuestos de 2000 para modificar la normativa y poder acceder de esta manera a la captación de recursos ajenos y, por tanto, alcanzar niveles de endeudamiento de los que ya son sabidas sus consecuencias y que se saldaron con el cierre de la cadena.

En materia sanitaria, Eduardo Zaplana impulsó el «modelo Alzira» para la gestión privada de los hospitales públicos. En su línea de privatizaciones, también lo hizo con las ITV en 1996, nada más llegar, un proceso que ahora le pasa factura en el caso «Erial», por el que se le ha detenido. Agentes de la Guardia Civil fueron ayer a la sede de la Conselleria de Economía en busca del expediente completo de la adjudicación de las ITV. Es uno de los focos en los que se centra la investigación, en la que existen también presuntas irregularidades por la adjudicación del plan eólico de la zona VI, proyectado en 2002 bajo la etapa de Zaplana pero ejecutado en 2006.