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Una pista francesa en la «Erial»

La Guardia Civil investiga la vinculación con la trama corrupta del administrador de un grupo de medios que impulsó Zaplana

Roberto Bataouche, en una imagen reciente. DAVID REVENGA

La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil no quiere dejar ni un solo cabo suelto en las múltiples ramificaciones que podrían surgir en el seno de la denominada «Operación Erial», una investigación que este martes se saldó con la detención del exalcalde de Benidorm y expresidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, y otras seis personas, entre ellas Vicente y José Cotino Escrivà, sobrinos del exconseller Juan Cotino; su exjefe de gabinete, Juan Francisco García; el exdirector de relaciones institucionales de Terra Mítica, Joaquín Barceló; o Francisco Grau, asesor fiscal del exministro y representante de la extinta Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) en Terra Mítica.

Sin embargo, aunque por ahora éstos son los únicos implicados en la «Erial», el croquis de nombres que maneja la Guardia Civil iría mucho más allá. Como ya avanzó ayer este diario, una de las personas en las que los investigadores habrían puesto el foco sería el empresario francés afincado en Benidorm Roberto Bataouche, administrador de la empresa concesionaria del puerto deportivo Luis Campomanes de Altea y con participaciones tanto en Terra Mítica como en Hotel Mítica SL, la mercantil creada para construir hoteles en el parque temático y donde comparte accionariado con Georges Santa Maria y Enrique Ortiz.

Agentes de la UCO registraron a primera hora del martes el domicilio de este empresario y se llevaron consigo distinta documentación, que ahora se está analizando para conocer las posibles vinculaciones de Bataouche con los negocios supuestamente corruptos que pudo dirigir Zaplana.

¿Cuál sería la relación entre ambos? Aunque el secreto de sumario decretado por la juez del Juzgado de Instrucción número 8 de València impide conocer qué es lo que quiere saber exactamente la Guardia Civil, ambos personajes comparten nexos de unión desde mucho antes de que se empezara a investigar esta causa. Bataouche, con el que nadie de su círculo más íntimo de amistades habría podido contactar desde el martes, fue entre 1997 y 2006 administrador del holding Tabarka Media, un entramado de radios, televisiones y diarios locales auspiciado por Zaplana para alabar públicamente su carrera política. En la cuota de directivos de esta mercantil, que se hizo con varias concesiones de canales públicos, figuraron otros directivos cercanos al entonces jefe del Consell, como su exjefa de prensa y exdirectora de Canal 9, Genoveva Reig; o el también empresario ya fallecido Antonio Alcalá de Vargas Machuca, presidente de dicha sociedad y que, en paralelo, también estuvo al frente de la comisión de control de la Caja de Ahorros del Mediterráneo.

Las grabaciones incorporadas al sumario de la «Operación Brugal» recogen conversaciones telefónicas entre el oriolano cabecilla de la trama, Ángel Fenoll; José Joaquín Ripoll o el propio Zaplana. En ellas, hablaban de las negociaciones que estarían manteniendo con Bataouche para entrar en el accionariado de Tabarka Media. Además, también es conocido que este grupo habría obtenido en 2001 un crédito ventajoso de la CAM para poder hacer frente a sus deudas; o que el primer presidente que llevó al PP a la Generalitat habría mediado con empresas y concesionarias para insuflar financiación.

Los lazos no acaban aquí. Roberto Bataouche compartió cartera en Tabarka Media con Antonio Alcalá de Vargas Machuca. fallecido en el año 2010 y fue consejero de la CAM desde 1998, a propuesta de la Generalitat que presidía Eduardo Zaplana. De Vargas Machuca, además, se benefició de las privatizaciones de la ITV, una de las patas que sustenta la investigación de la «Erial» y de donde los investigadores creen que podrían provenir parte de las «mordidas» obtenidas.

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