La comisión de seguimiento del Fondo de Cooperación Municipal de la Generalitat aprobó ayer la distribución de la línea específica de ayudas para municipios de la Comunidad en peligro de despoblación. Un plan de subvenciones del que se beneficiarán un total de 23 localidades de la provincia -143 en todo el territorio autonómico- pero que, sin embargo, se ejecutará entre el absoluto desinterés de la Diputación de Alicante, principal feudo institucional que le resta al PP con César Sánchez a la cabeza. La corporación provincial es la única de toda la Comunidad que ni siquiera se ha puesto en contacto con la Generalitat para analizar conjuntamente el reparto del programa, algo que sí han hecho tanto la Diputación de València, al mando de la izquierda, como la de Castellón, que dirige el popular Javier Moliner.

Esta línea de subvenciones está dotada con un total de 3 millones de euros y tiene como objetivo combatir la reducción de población que sufren determinados municipios. La Generalitat informó del asunto a la comisión mixta de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, un órgano en el que se entregó toda la documentación y se revisó el contenido del decreto. Pero Alicante, sin embargo, ni siquiera se ha comunicado con el Consell. A pesar del desinterés de la corporación alicantina, convertida en el principal ariete de oposición del PP al Consell del Botànic, el director general de la Administración Local, Toni Such, quiso destacar la aportación de las otras dos instituciones provinciales.

Avanzó que la Diputación de Valencia quiere hacer efectiva la misma cantidad que la Generalitat había previsto destinar a los municipios escogidos en esa provincia, lo que significa de facto doblar las subvenciones. Y la de Castellón, bajo control del PP como la de Alicante, «también quiere colaborar activamente en este fondo». La corporación provincial alicantina ni siquiera ha mantenido un contacto y, por tanto, ha evitado entrar en esa negociación, un desencuentro que se produce en pleno pulso por la gestión de competencias que, a día de hoy, presta la institución alicantina. La estrategia de César Sánchez es mantener el control de las ayudas desde el Palacio Provincial. El Consell reprocha al equipo del PP en la Diputación de Alicante que apenas reparte el 12% del dinero de sus presupuestos con criterios objetivos. En el fondo de la Generalitat, el dinero se distribuye conforme a unos ratios. Hay municipios beneficiados de todos los colores. Incluso uno de los que más ayudas recibirá del Consell es Planes, población de la que es alcalde Javier Sendra, vicepresidente a la vez de la Diputación.

Pese a todo, la Generalitat se mostró satisfecha por la inyección económica a los pueblos con problemas de pérdida de vecinos. «Quiero destacar la satisfacción por que la colaboración haya permitido hacer efectiva una medida tan importante como dotar a los ayuntamientos de recursos económicos para que puedan trabajar en evitar la despoblación», afirmó Such. El Consell ya puso en marcha, en su día, un plan para ofrecer el servicio de un cajero automático en localidades de interior que se habían quedado sin oficina bancaria pero la Diputación de Alicante tampoco entró a colaborar con aquella iniciativa.