Una nueva grabación del excomisario José Manuel Villarejo apunta a la Comunitat Valenciana con un nombre de fondo: Juan Cotino. Ayer, el portal Moncloa.com hizo pública una conversación entre Villarejo e Ignacio López de Hierro, el marido de María Dolores de Cospedal, donde reconocía haber avisado a su «querido amigo» Juan Cotino sobre la investigación del caso Gürtel en València. Según explicó, Cotino ya había pedido ayuda «al curita», como Villarejo llamó a Francisco Camps.

Las grabaciones, que datan de 2009, se enmarcan en la época en que fue comisario adjunto al director operativo de la Policía y ayudaba en las pesquisas que encabezaba el juez Baltasar Garzón sobre la trama Gürtel. López de Hierro le llama porque Cospedal, entonces secretaria general del PP, quería saber el estado de la investigación. «Dice (Cospedal), oye mira a ver si tu amigo sabe por dónde van a ir estos», parafrasea López de Hierro.

Un mes después, en una nueva conversación telefónica, el excomisario concreta más y asegura que ha logrado que no trasciendan algunas pesquisas de la investigación en marcha dentro de la Gürtel porque el jefe de la UDEF, José Luís Olivera, es un buen amigo. Villarejo explica al teléfono que avisó a Cotino «hace diez días» de que su sobrino, el empresario Vicente Cotino, tendrá que «limpiar todos los papeles porque hay un registro». En 2017 se confirmó que Vicente Cotino, a través de la empresa familiar Sedesa, había financiado irregularmente al PPCV.

Villarejo y Cotino mantenían una relación de amistad desde que el expresident de las Corts fuera jefe de la Policía entre 1996 y 2000. El excomisario le confiesa que «vamos a procurar que no se encuentren datos interesantes; no te preocupes», dijo a Cotino.

Villarejo, además, reconoce haber tenido mano para «hacer descafeinado» un informe con documentación sobre la empresa Orange Market y del sistema de facturación y financiación de los actos del PPCV y del grupo en las Corts. El excomisario reconoce haber retrasado la publicación del documento «para que te dé tiempo [a Cotino] a mover vosotros para que exoneren a Camps, pero que sepas que Costa tiene que irse por esto y por eso», y continúa Villarejo relatando la contestación de Cotino: «bueno, bueno, si es por Costa que le den por el culo».

Villarejo reprocha que el PPCV no haya hecho irse a Ricardo Costa antes de la publicación del informe, del que estaban avisados. Fue el 13 de octubre de 2009 cuando Camps le obligó a presentar su dimisión como secretario general del PPCV, pero dilató su cese más de lo que en Génova esperaba.

En Alicante «hay tomate»

El segundo chivatazo a Cotino ponía el foco en Alicante. Le recomendó que hablara «con el de la diputación de Alicante» porque «tiene un marrón, una historia de financiación». A López de Hierro le explica que el presidente, Joaquín Ripoll (detenido un año después por el caso Brugal), «tiene el teléfono pinchado y están entrando muchas llamadas de Zaplana». «Allí hay tomate», reconoce, y dice que es bueno que Cospedal tenga «una visión global de lo que está pasando».

Villarejo explica que se pretende que la investigación «contamine» al entonces portavoz en el Congreso, Esteban González Pons, pero evita dar detalles por miedo a ser espiado y le cita para hablarlo en persona.