La jueza que instruye el conocido como caso Erial ha dejado en libertad provisional al exministro Eduardo Zaplana 259 días después de que entrara en prisión, de los que se ha pasado los últimos 51 días ingresado en el hospital La Fe de Valencia a causa de la leucemia que padece desde 2015.

La puesta en libertad del expresident de la Generalitat ha sido una petición reiterada de su defensa y su familia, que durante las 37 semanas transcurridas desde su ingreso en la cárcel de Picassent han presentado varios informes médicos y recursos argumentando que su estado de salud es incompatible con el riesgo de fuga.

Zaplana entró en la cárcel de Picassent el pasado 24 de mayo como investigado por cohecho, blanqueo de capitales, malversación y prevaricación por orden de la titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Valencia, que decretó prisión incondicional y sin fianza contra él por riesgo de fuga y destrucción de pruebas.

La causa investiga el presunto cobro de comisiones derivadas de la concesión de las ITV en 1997 y del Plan Eólico de la Comunitat Valenciana, y motivó la detención del exministro en su casa de Valencia el pasado 22 de mayo.

Durante el tiempo que ha estado en prisión, Zaplana ha recibido atención médica a diario en el establecimiento, se le ha autorizado seguir con las visitas programadas con su equipo médico de referencia en el Hospital La Fe que trata su leucemia, y cuando ha necesitado hospitalización extraordinaria se le ha concedido.

Precisamente, las últimas siete semanas las ha pasado en el hospital La Fe, donde fue ingresado el pasado 18 de diciembre y ha permanecido en régimen de aislamiento hospitalario, lo que le ha permitido recuperar alrededor de cuatro kilos de los diez que había perdido desde su ingreso en prisión hace ocho meses y medio.

La familia del exdirigente del PP ha reclamado hasta en cinco ocasiones su puesta en libertad provisional y han apelado a un cambio de criterio de la jueza y del fiscal del caso, y además distintos cargos políticos de prácticamente todo el espectro político han insistido en pedir públicamente su libertad por una cuestión de "humanidad".

Cinco días después de su ingreso hospitalario, el pasado 23 de diciembre, Zaplana hizo público un escrito en el que aseguraba que era "imposible" que pudiera fugarse de España, porque para él sería una "indignidad", y que era inocente de los cargos que se le imputan y quería defender su honor y su nombre.

Eduardo Zaplana se convirtió el pasado mes de mayo en el segundo expresident de la Generalitat del PP -de los cuatro con los que ha contado este partido en la Comunitat Valenciana- detenido y en el tercero investigado por la justicia por posibles delitos de corrupción.